Carnaval de Cádiz

Juan Carlos Aragón: 20 años de su llegada a la comparsa, la decisión que cambiaría la historia del Carnaval

De Los condenaos a La gaditaníssima, un recuerdo de dos décadas en las que elevó este folclore propio de la tierra a la categoría de arte mayor

José María Aguilera

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Veinte años de comparsas de Juan Carlos Aragón. Hace justo dos décadas, el Capitán Veneno se embarcaba con su primera comparsa tras tímidos acercamientos, más el temor y los nervios de quien intenta seducir a su amor platónico. De 'Los condenaos' a 'La gaditaníssima', dos décadas que han cambiado la historia del Carnaval, especialmente en la modalidad. Aragón formó a una legión de nuevos seguidores, se enfrentó al poder y a todos mirando de frente, marcó tendencias y estilos, potenció una forma distinta de hacer y crear y sobre todo elevó el Carnaval a una categoría mayor dotando a su chusma selecta de alta literatura y ampliando horizontes. Esta es la historia de cada agrupación inspirada en los recuerdos, conversaciones, testimonios y entrevistas del propio autor y quienes lo rodearon.

Los Condenaos (2001)

El salto definitivo de Juan Carlos Aragón a la comparsa, con la que había coqueteado en anteriores ocasiones, siendo niño y en colaboraciones como aquellos Tiburones de Rota. El estilo acomparsado de sus chirigotas (Kadi City, Ruinas Romanas, Flamenkito Apaleao…) anticipaba este paso, a la espera del momento oportuno. La separación del grupo de Ángel Subiela del autor Martínez Ares servía en bandeja la oportunidad. Le buscaban aquellos hombres que le habían engatusado durante esa década de los 90 y la voz prodigiosa a la que culpa de haberse hecho comparsista: la de Carli Brihuega. El Capitán Veneno exigió que Ángel Subiela comandara este bautizo, convenciéndole de que no se tomara el descanso deseado.

El pasodoble, de una belleza excelsa y absolutamente novedoso, empieza con parte del tango que había compuesto para un coro que pensó sacar junto al propio Martínez Ares en 2000 y que se llamaría 'La revolución'. Pero de batallar en la misma trinchera a enfrentarse en una guerra abierta y tan igualada que se decidió por un par de puntos. El jurado pensó incluso en dar el premio compartido con 'La niña de mis ojos'; sin embargo, esta última tenía mejor trabajados los engarces en el popurrí. Aragón ya estaba aquí, y además sin dejar de lado su chirigota, 'Los panteras'.

Los ángeles caídos (2002)

Nada de tregua. La guerra con Ares alcanzó su punto álgido en lo que parece la continuación de la saga. Aragón murió en la horca y un año después estos arcángeles fueron expulsados del paraíso. El Capitán vivió una de las épocas más oscuras de su vida (reflejada perfectamente en sus creaciones), con todo tipo de sustancias que envilecieron sus formas pero no nublaron su capacidad creativa. La mágica presentación la compuso una noche de excesos en el Faro de Trafalgar, «hasta arriba. Venga leñazo. 'La puerta estaba cerrada…'. Muy bonito, muy pasional, pero no lo entiendo ni yo», reconocía.

Subiela asegura que le confesó pocos días antes de morir que «la mejor comparsa de la historia ya se ha hecho: los ángeles caídos'». De una profunda complejidad, de una amplia espiritualidad y plena de su religiosidad (era religioso a su manera y en su repertorio es constante la referencia a Dios y la Iglesia. La música del pasodoble apareció por sorpresa y cuando ya había terreno avanzado, pero era irrechazable.

El primer premio de Aragón en comparsas (llegó mucho antes que el de chirigotas) y la sensación amarga de victoria pírrica ante Ares. Ambos grupos protagonizaron uno de los momentos más tensos de la historia del Carnaval. Letra de homenaje a Piru por parte de 'La revolución', respuesta canalla en forma de cuplés de 'Los ángeles'. En la misma sesión de preliminares en la que el destino los emparentó, con enfrentamiento entre ambas aficiones (hinchadas) que dejó sin escuchar el estribillo y medio popurrí. Y que les obligó a estos demonios a salir escoltados por 20 policías del Gran Teatro Falla. Un mal trago.

Los americanos, (2003)

La última de su trilogía, de este binomio Aragón-Subiela. Dedicación exclusiva al sacrificar a la chirigota, víctima de la exigencia en la comparsa. Esa exigencia propia y ajena, el estrés, la inestabilidad del profesor de filosofía… el cóctel explosivo que dinamitó este matrimonio tan beneficioso para el Carnaval ya se podía apreciar antes incluso de que comenzara el Concurso. 'Los indios' es una genial alegoría que impulsaba el amor a la tierra del creador y establecía un paralelismo con el gaditano. Pasodoble poco común al ritmo del 3×4. Y una idea muy clara en la cabeza del Capitán, que invalidó ese 'espíritu de Cádiz' que propuso Ángel.

Repertorio completísimo que alcanzó las semifinales en el primer puesto y que el jurado derrumbó en la Final concediéndole el cuarto puesto, que supo a rayos. Falta de motivación, enfados, discusiones y hasta problemas con el maldito dinero destruyeron este proyecto trienal, desluciendo en parte una comparsa que está muy cerca del nivel excelso de sus dos predecesoras.

1800. Los inmortales, (2004)

Como cualquier artista, Aragón ha vivido sus épocas y con Los inmortales fragua su momento vital en una de sus comparsas más románticas, con el cénit del 'Yo me enamoré de ti por culpa de los carnavales'. Recogía el guante de su amigo inseparable Javi Bohórquez para acompasar a varios integrantes de su antigua chirigota, uniéndoles parte del grupo de Jesús Monje, los ídolos de masa de entonces: Piojo, Pellejo, Soleta además de Salvi. Se unieron todos los factores para que fuera la comparsa más aclamada de la juventud… y la que se llevó el mayor cajonazo de su historia (séptimo puesto además).

Pasajes literarios de una inmensa calidad donde faltó un poso de madurez para moldear una comparsa por momentos estridente, donde no hubo entendimiento total entre la idea del autor y la forma de cantar del grupo. Preciosa puesta en escena y una esencia que recoge la personalidad más humana y cálida del capitán, más visceral que cerebral.

El golfo de Cádiz, (2005)

Giro radical. Aragón entregaba las riendas a Miguel Ángel García Cossío, el 'búho', el músico de las anteriores comparsas de Martínez Ares. Nunca se sintió orgulloso de esta agrupación, a la que no sintió como suya y que es posiblemente de todas las que menos rezuma 'juancarlismo'. Ni mejor ni peor, el guitarra afinó a su manera, diferente a la del Capitán, mucho más pausada y templada y sin la garra y el carácter de sus creaciones. El resultado: una buena comparsa pero lejos de sus más aplaudidas, con un pasodoble muy melódico pero excesivamente largo.

Además, se quedó sin Piojo y Soleta, que se marcharon con Bustelo ('Los acuarela') y no pudo redondear un año que debía ser suyo. Pues quien más brillo fue el pregonero Alejandro Sanz, que cantó sus coplas por el mundo entero y con el que entabló una buena amistad. Quinto premio y lejos de la lucha, algo inadmisible para un genio de tal calibre. Represión consentida.

Los parias, (2006)

Juan Carlos quedó muy decepcionado con la puesta en escena de esta idea, pues tenía en mente algo atemporal y se encontró con un tipo medieval, ausente de color, excesivamente triste y oscuro. La comparsa nunca entró por los ojos y eso en un Concurso tan audiovisual es un lastre imposible de remontar. Aragón lograba recuperar parte de la esencia perdida el año anterior y se sacaba de su guitarra (inmortal pasodoble a su amante) una extraordinaria música y un popurrí de gran riqueza melódica y literaria.

Nueva final pero lejos de lo esperado en este Concurso de 'repertorios', pues ni contaba con el mejor grupo, ni el mejor atrezzo y la idea saltó por los aires. Al igual que con su anterior trilogía, al Capitán parece que el amor sólo le duraba tres años, como a Beigbeder. Cambio traumático de grupo con la salida incluso de su 'hermano' Javi Bohórquez. La estela ya no refulgía como antaño e inexplicablemente parecía apagarse. Y entonces…

Araka la Kana, (2007)

… llegó Araka. Porque Aragón no sólo gana premios sino que compone comparsas históricas. Esta 'murga uruguaya' marcó la historia reciente. Supuso una auténtica revolución por su manera de cantar y moverse sobre el escenario, conectando con un amplio abanico de nuevos aficionados que tenían su primer acercamiento a la fiesta grande de Cádiz. Y muchísimos se quedaron. Muy colorida, vistosa, tremendamente atractiva, introdujo el acento uruguayo en la interpretación (no es una novedad pero sí que no es habitual) y pese a que nunca alcanzó la perfección en el despliegue vocal, se podría decir que hasta ese puntito de imperfección enamora y es sello del Capitán.

Homenaje al carnaval uruguayo, a la murga de Catusa Silva, cruzó el charco y expandió esta fiesta a rincones poco explorados. Una delicia musical y visual, gran ejercicio literario y hasta un paso atrás en sus palabras para renegar de las drogas que antaño glorificó. Primer premio indiscutible. Pelotazo.

La banda del Capitán Veneno, 2008

Comparsa fetiche. Legendaria, una referencia. No es la mejor pero es una de las que mejor recoge el universo juancarlista, tanto que él se quedó con el apelativo de Capitán (el nombre aparece en una obra de Pedro Antonio de Alarcón) y ellos con la eterna banda. Recoge las cuatro pasiones del gaditano: el Carnaval, la Semana Santa, el Cádiz CF y el mar. Y contiene una de las mejores melodías en forma de pasodoble, una obra inmortal donde esculpir la oda al silencio y 'el caminito del Falla'. Entre las anécdotas, esta copla se filtró a través de los móviles y pese a ello la cantaron en preliminares, con una ovación tremenda del respetable.

'Dicen que pueblo que canta, pueblo que espanta sus males, por eso a Cádiz le salen los males por la garganta'. Es la última en la que sale el autor sobre las tablas por una ausencia de última hora, su primera vez en comparsas. Quedó en tercer puesto en la final probablemente por su estridencia excesiva. Se incorporó Paco Catalán al grupo aunque la dirección corrió a cargo de Rubén Berea, pero el mismo Aragón reconoce que no se trabajó del todo bien el repertorio y fallaron los nervios y la responsabilidad tras Araka.

Los comparsistas se la dan de artistas, 2009

Ramoni y Careca se incorporaban a esta comparsa que también es un compendio del pensamiento aragoniano acerca del Carnaval y especialmente de los comparsistas, de los intérpretes. 'Bufones de barrios bajos y de costumbres obreras'… Fallida desde el principio por la desconsoladora puesta en escena (mereció un nuevo tirón de orejas del autor a los responsables) y los excesos en la interpretación. Ni siquiera luchó por los premios y eso es impensable en un autor de esta magnitud, que se encerró al comprobar que la obra sobre el escenario poco tenía que ver con lo que él se formó en la cabeza. Insistía en que su agrupación sólo sonó como él quiso con Subiela y en Araka (en referencia a esta primera década).

Una nueva trilogía, de tres en tres, que se cerró de forma traumática. No obstante, esta comparsa ha ido ganando peso con el paso de los años, le ha venido bien el tiempo y la perspectiva y puede ser la que más ha crecido, por lo que hubo mucho de incomprensión del aficionado, el crítico y el público en general. Pasodoble a la muerte, a la cama… exploración continua de esos límites.

Las noches de bohemia, (2010)

Juan Carlos Aragón estaba enamorado de esta comparsa, asegurando que le pilló en uno de sus mejores momentos de inspiración, época positiva en su vida y que se plasmó en la melodía de este grupo afinado por Juan Fernández. El popurrí es una genialidad literaria, su filosofía de vida musicada, que después recuperaría de forma similar en 'Los millonarios'. Voces nuevas como la de Julián Delgado, Salvi, el regreso de Javi Bohórquez y Paco Pellejo, el propio Juan Fernández… cambiaron el timbre del grupo, que afinó en una tesitura muy aguda, lo que pudo perjudicarlo en el Concurso, al igual que un tipo que no terminó de entenderse en su plenitud.

Cajonazo duro para un Aragón que denunciaba las malas artes del Jurado y el Patronato, «pues está entre las tres mejores comparsas y de largo'. Como anécdota, el repertorio se tenía pensado cantarlo en francés (ya lo hizo en uruguayo y lo haría en italiano). Joyas como el pasodoble a Dios se siguen interpretando a diario.

Los príncipes (2011)

Época oscura del autor, cuya situación personal se deja sentir no sólo en el repertorio, sino en las propuestas y en la interpretación escénica. Fichaje de Arturito de Barbate, con gran protagonismo en este ejército diabólico, los príncipes del mal. El Capitán iba a contracorriente, pues la tendencia en la comparsa la marcaban otros compañeros de carácter más desenfadado y de menor profundidad. No se produjo la conexión deseada con la afición, a excepción de esos seguidores juancarlistas que se habían adherido con Araka y disfrutaban de todas sus creaciones. Gotas de enorme calidad (pasodoble al tiempo) pero no con la continuidad deseada, volvió a quedarse fuera de la final por tercera vez consecutiva. Desconcertante y desconcertado, de nuevo tuvo que dar un giro absoluto para romper el molde.

La sereníssima, (2012)

La comparsa más polémica de Juan Carlos (Ángeles al margen) y que ha levantado mayor polvareda. La que más debate ha provocado, la de los pros y contras, amor y recelo. Aragón tiró la moneda al aire y… sí, tuvo que salir cara por mucho que tantos le pusieran la cruz. Genuina disposición en escena, con los rostros más mediáticos del Carnaval en la fila de adelante, el retorno del Piojo y la adquisión de Andrés 'Ventolera'. Inspirado en la sereníssima república de Venecia, una idea que le prestó su amigo Yuyu, enamorado de la ciudad de los canales, el autor era espectador en primera línea, sentado en el restaurante. Brillante afinación, Vicente Lázaro 'Laly' empastó las voces de manera sensacional pese a la predominancia de octavillas y contraltos.

Y sí, cantaron en italiano. Bueno, algo parecido, una mezcla, más bien macarrónico. Una pirueta con triple salto mortal y sin red. En esta virtud, por aquello de la transgresión y la innovación que necesita este Concurso, estuvo su penitencia. El Capitán no pudo desarrollar toda su capacidad literaria por este corsé que él mismo se puso, pero la perspectiva confirma lo que se iba apreciando en cada pase: La sereníssima es una joya que sólo fue superada en el Concurso por 'Los duendes coloraos' y su efecto durante el certamen. Vuelta a enganchar con la gente joven y críticas por esa excesiva fidelidad y expectación que le costó un 'telonazo' al cuarteto que les precedía y al que no dejaron escuchar sus 'tifossi'.

Catastrophic Magic Band (2013)

El año más torcido. Época turbulenta y Concurso para olvidar. Sirvió su cabeza en bandeja literalmente sobre el escenario y se la cortaron. Quedó en última posición en semifinales y peleó, pero contra todos, pues no pudo ni competir en el COAC. Ya empezó mal con la filtración del pasodoble, con muchas reminiscencia de otras músicas como las de Araka y Capitán Veneno. Otro telonazo inadmisible al cuarteto precedente (del que no tuvo absolutamente ninguna culpa) y luchas contra los medios de comunicación y el Patronato. Aragón se enfadó hasta con su sombra y rompió incluso con el Falla, al que decidió abandonar el año siguiente por sus discrepancias con la organización. Momento crítico en su trayectoria carnavalesca y personal.

Los ladrones, (2014)

Y se marchó. Presentó su obra en Alcalá de Guadaira y la paseó por Andalucía, pero sin competir en el Falla. Una decisión controvertida que sólo podía tomar alguien así, acompañado por David Márquez Mateo 'Carapapa'. Curioso que pese a su ausencia su presencia fue mayúscula en el Concurso, siendo el protagonista en su escapada. Críticas muy duras y desproporcionadas. Él, con un pasodoble al 3×4 muy pegadizo, se rodeó de los mejores. Recuperó a Ramoni y parte de sus mejores hombres y compuso una comparsa con su sello pero lógicamente con menor proyección al no contar con el altavoz del COAC. Piezas genuinas que siguen sonando gracias a su eterna banda, el propio Capitán reconoció que se equivocó en su desafío, en las formas que no en el fondo.

Los millonarios, (2015)

Sólo Él podía volver así. En un año regresó a casa, al Falla, con posiblemente su comparsa más completa. Los millonarios es una excelencia de principio a fin y en todos los aspectos. Después de tanto tiempo, TODAS las piezas encajaban. A su magnífica capacidad literaria le unía un buen surtido de preciosas melodías, pasodobles históricos (mítico pase de cuartos), un popurrí que es una lección vital y el grupo que mejor ha canalizado todo su caudal creativo y con el que consiguió su mayor estabilidad carnavalesca y personal. Un techo en el que se mantuvo hasta su desgraciada pérdida y que propició el aplauso unánime de todos.

Con la cabeza asentada, clave como se comprobó, fue inteligentísimo en la composición del grupo, con su querido bohórquez al frente y una mezcla perfecta de veteranos como Ramoni con jóvenes que venían empujando con fuerza desde atrás como Manolín santander, Sergio Espinosa y Waxi, de la chirigota del Canijo. Recuperó el cariño perdido por momentos y su primer premio es tan indiscutible que nadie se acuerda ya del resto de competidores, con el respeto máximo para ellos. Fue el Concurso de estos mendigos millonarios..

La Guayabera, (2016)

Enamorado, en su mejor momento vital tras años de excesos, Aragón se casa por la iglesia con Luisa Tejonero. Anuncia el nombre de 'La comparsa divina' (incluso compone el pasodoble con retales que luego usará en Los peregrinos y Er chele Vara) pero abandona por falta de inspiración. Comunica al grupo su necesidad de descansar, pero su luna de miel en La Habana engendra 'La guayabera'. Diferente, más melódica que muchas anteriores, con pausa y sin estridencias, menos garra también, vehicula preciosos poemas como el de la playa dorada. Queda fuera de la final por gusto de cinco, a su vez pesa el lastre de Los millonarios, pero este amor es algo sólido que esta vez no se romperá con el tiempo.

Los peregrinos (2017)

Relata su creación, medio en broma medio en serio, en la novela 'El pasodoble interminable'. Una agrupación pensando en esos peregrinos carnavaleros que cada año encaminan sus pasos hacia Cádiz y su fiesta grande. Repleta de simbología religiosa, de metáforas desde la presentación hasta el Credo final, su cuarteta más cantada. Trasciende ese Concurso, ha quedado como el polvo del sendero, por mucho que uno se sacuda. Una maravilla de una complejidad excesiva hasta para su grupo, pues fue la comparsa más difícil de interpretar, en un pasodoble que culebrea constantemente y que deja composiciones de pura poesía (a la abuela, septiembre o el inédito de la taberna). Mantiene el mismo grupo que superará la trilogía maldita, aquí el romance será eterno. Tercero para un grupo encorajado que quería más, por detrás de 'Los irracionales', 'La eternidad' y por delante de 'Los equilibristas' en la mejor final de comparsas del milenio.

Los mafiosos (2018)

La comparsa ya echó a andar en el mismo concurso de Los peregrinos (Aragón es el único que tenía el repertorio casi completo desde verano). Ese año Aragón se metió en el papel de 'El Rubio', el jefe de la banda mafiosa. Al estilo Stanislavsky se metió tanto que durante meses lo interpretó en todos los grupos. Por ello el repertorio salió casi sin pensar, con suavidad. Apostaron (aquí los componentes son parte activa) por una mayor interpretación sobre las tablas, llamando la atención incluso de cineastas y productores. Se incorporó Nico García, que dotó aún de mayor calidad a las notas agudas.

Los mafiosos fue creciendo cada sesión y ganó el primer premio a golpe de pasodobles (una de sus mejores músicas, «me taladraba el cerebro», unas de sus mejores letras) y cuplés. Podría haber ganado hasta el primero de chirigotas. «Es un orgullo que me digan que ganamos por los cuplés porque es lo más difícil», comentaba en conversaciones con este periódico. El Juan Carlos más lúcido, más estable, más accesible, y con la misma guasa de siempre. Tanta que hasta volvió con una chirigota.

La gaditaníssima (2019)

Dentro del dolor más absoluto, de la tristeza más desgarradora, a Juan Carlos Aragón le hubiera gustado despedirse con una comparsa así. Tan gaditana, tan vital, tan revolucionaria y tan bien construida. Se le unió Dani Obregón y la gaditaníssima no sólo luchó contra 'Los carnívales' de Martínez Ares, sino contra él mismo y toda su creación. Brilló por partida doble, ya que regresó a la chirigota con 'Er Chele Vara', cajonazo de máximo nivel. Nadie esperaba que pocos meses después se produjera el triste desenlace. Antes, ya dejó por escrito que ese año descansaría, se pillaría un año sabático por la baja paternal ya que Silvio venía en camino. El resto de su testamento lo dejó esculpido en sus comparsas.

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