Opinión

¿Cómo se puede explicar el primer premio de la chirigota 'Los calaíta'?

¿En qué pensaba el Jurado para que Los Eugenios fuesen la decimoquinta chirigota de preliminares? ¿Qué ha tenido que ocurrir para que remontara tal cantidad de puntos y acabara ganando el primer premio?

Puntos de las chirigotas: 'Los calaítas' ganaron en la Final que perdió el Yuyu

J. M. REYNa

La publicación de los puntos del Jurado de chirigotas ha terminado por abrir la caja de Pandora. Los puñales vuelan desde los extremos y se comprende en el contexto de un Concurso marcado por la calidad de las agrupaciones y la aparición del primer fenómeno viral del Carnaval de Cádiz. ¿En qué pensaban los 'jueces' para que Los calaíta fuese la decimoquinta chirigota de preliminares? ¿Qué ha tenido que ocurrir para que remontara tal cantidad de puntos y acabara ganando el primer premio? Se pueden resumir las mil cuestiones en estas dos. Y hay respuestas para todas, con argumentos todos válidos, y ninguno absoluto.

El éxito de la chirigota de Álex el Peluca en el COAC se cimenta en dos pilares: su actuación temprana en el certamen y que no se arrastren los puntos de preliminares. Estas dos puntualizaciones, especialmente la segunda, son prácticamente irrebatibles. A partir de ahí muchos pueden realizar su particular lectura.

1) Viernes 24 de enero. El segundo día de preselección, justo después del cuarteto de Gago, irrumpen estos Eugenios. Sin más precedentes que 'Sácamela de la boca', su desvergonzada chirigota que se quedó el año pasado en preliminares. Dejan, en general, una agradable sensación, abriendo la puerta a la posibilidad de... que pasen a cuartos de final.

Pero en estos tiempos de Youtube y redes sociales, a posteriori, una vez valorada por el Jurado y por los medios de comunicación, y por los aficionados que estaban allí en el Falla o lo seguían por directo en televisión, Los Calaíta empieza a crecer. A compartirse. Y en esas siguientes escuchas empieza a coger cuerpo. Uno empieza a apreciar los matices y entiende la profundidad de la chirigota, que no es una más.

Hay talento. En la forma de escribir de su autor, en la interpretación. Hay trabajo, en el ensayo y en la puesta de escena. Hay algo distinto, curioso, interesante, novedoso. Pero quien diga que supo que esa chirigota es un pelotazo de primer premio en esas preliminares, o es un genio o miente. Y me decanto mucho más por la segunda opción porque no conozco a tantos genios.

2) De haberse arrastrado los puntos de la primera fase, es decir, de contar esa primera puntuación y no eliminarse como contemplan las actuales bases, 'Los calaíta' habría quedado la duodécima. Fuera de semifinales. Fue la tabla de salvación de este Jurado que le ofreció una segunda oportunidad para comprobar la calidad de la agrupación. Precisamente, esta medida de eliminar los puntos iniciales viene motivada para evitar estos errores de apreciación, lógicos en un Concurso frenético y larguísimo. Este año, con 22 días de preselección.

La gran dificultad de esta chirigota estribó en esa primera criba. Al superarla, ya fue en volandas. Una reflexión importante: en un Concurso de los 90 sin redes sociales ni visualizaciones constantes, no habría ganado nunca este primer premio. Y si hubieran cantado el penúltimo día, tampoco.

¿Cómo se puede puntuar con 40 puntos más de una actuación a otra?

Por numerosas razones. La principal es que la chirigota creció sobremanera. Se vino arriba con tan buena crítica y empezó a trabajar día, tarde y noche los siguientes pases. Mejoró muchísimo el repertorio, incluidas las partes fijas, donde elevan la puntuación. Resultaron fundamentales esos 20 días posteriores para impulsarse en el Concurso, días que otros no tuvieron. Y los supieron aprovechar, con talento y juventud, pues por suerte no tienen los compromisos laborales y personales de los componentes de otros grupos, y una memoria mucho más fresca. Y pujanza, ilusión...

El otro motivo es el convencimiento del espectador. O la predisposición, que algunos le otorgan un carácter negativo a este término, pero que es una actitud totalmente humana. El aficionado ya los esperaba con una sonrisa, con la carcajada presta y dispuesta. Ellos no fallaron y le dieron al público lo que demandaba. El pase de las semifinales es inmenso. Y autorreferencial: siameses, Wisconsin, el hijo de Eugenio, es bueno, ¿eh? Como un hechizo mágico, tirando más de emociones primarias, de sentimientos que de razón, crearon una atmósfera que pocas veces se ha generado en el Falla. Una chirigota en el más absoluto de los silencios haciendo reír y provocando el estallido. Al estilo de su inspirador, Eugenio.

Hay quien argumenta que en este Carnaval pesan demasiado los nombres. Y no falta razón. Jurado, prensa y afición valoran de manera diferente al autor y grupos consagrados que a los novatos. El prejuicio representa uno de los peores males de este Concurso. Pero es esa misma predisposición, que no existió el primer día, lo que acompañó a Los Calaíta durante todo el Concurso. También, su carácter sorpresa le ha favorecido, siempre tras dar el primer golpe. Otros 'grandes' de la fiesta batallan en exceso contra su propia historia.

Muchos argumentos para explicar este fenómeno que en su totalidad es inexplicable. Porque intervienen imponderables, cuestiones intangibles propias del humor, del arte y del Carnaval. Un componente místico que supera a cualquier análisis. Pero, en definitiva...

¿Los calaíta debía ganar el primer premio? Quizás sí, tal vez no. ¿Son campeones de forma merecida? Rotundamente, sí.

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