OPINIÓN CARNAVAL
Nostalgia Ochentera
Poner al teatro en pie era el privilegio de unos pocos, muy pocos. Complicado y no tan facilón como hoy
Muchos amigos me hablan de aquellos años inolvidables. Se refieren a los 80. Lógicamente tienen cierta edad para haberlos conocido o vivido. Me aseguran que como aquellos años ya no han habido otros. Les doy mucha razón, pero también alivio diciendo que todo cambia, evoluciona. Y que los yogures de hoy tampoco son como antes. Se pueden comer. Las comparsas de entonces eran grandiosas. Y hasta las no finalistas resultaban admirables. Poner al teatro en pie era el privilegio de unos pocos, muy pocos. Complicado y no tan facilón como hoy. Y un concurso de coplas del carnaval era justamente eso. No algo parecido a un festival, incluso a un photocall para llevarse recuerdos y vivencias. Lo más chungui viene cuando se habla del público en la comparativa. Quizás antes fuera de algo más de edad. Ahora es más joven. Además de muchos lugares, con el inconveniente, en este caso, y excusándolo, de asistir muchas veces muy ajeno y despegado a tantas cosas que se tratan nuestras y propias. Por consiguiente, aunque tu copla pueda ser tan sentida y emocionante para ti, como también para tus vecinos, habrá a quienes no les duela en absoluto y sólo acabará aclamando lo bien que cantas, si es que cantas tan bien. En alguna ocasión me he preguntado si, entre otras, aquella copla que empezaba «Igual que un perro sarnoso…» de Pedro Romero, reclamando atención para su barrio, triunfaría hoy como sí lo hizo entonces, compartido aquel lamento hasta por quienes no eran del barrio, pero sí de Cádiz y por tanto lo sentían algo muy suyo. Pero como esto es un lio muy grande y siempre acaba en un debate discordante, yo acabo mi charla con lo mismo: En Cádiz y con el Carnaval muchos piensan y sienten que si no nos ven o consideran desde fuera no somos nada ni nadie. Es lo que tiene extenderse. Hasta tal punto que una cabalgata de Reyes de tu barrio la componga un amigo que no es del barrio. Pero eso no es culpa suya, conste. Es sólo cosa de quienes piensan y sienten así, de esa forma que te digo