Opinión de Carnaval
La sonrisa del Carnaval
El Carnaval de Cádiz tiene un pregonero de categoría, querido y admirado, gaditano y chirigotero
En la vida hay excepciones que confirman las reglas y él es sin duda una de ellas. Natural, sencillo, abierto, cercano, amigable. Su sonrisa invita a quedarse, su confianza invita a sentirte de los suyos.
Lleva casi 40 años haciendo carnaval, y no ha cambiado desde aquella primera vez con los Feicios. El éxito, la popularidad o las finales no han podido doblegar a su forma de entender la fiesta.
Juan Manuel Braza Benítez, aquel niño que caminaba con piernas arqueadas al estilo de los Sherif de las películas, es la referencia de un carnaval que poco a poco se ha ido extinguiendo. En su carnaval no hay ensayos de puertas cerradas, no hay ocultismo, no hay dobleces, no hay estrategias.
Disfruta cantándole a Cádiz con un grupo de amigos y con eso se siente satisfecho. Si apareces por su ensayo sin avisar te recibe con un abrazo y te describe el tipo sin apenas preguntarle.
Si lo ves por la calle te canta el pasodoble a las primeras de cambio. Prefiere compartir que ocultar, prefiere convivir a reservar.
Ha recibido muchos reveses en el concurso pero jamás le ha vuelto la cara. Su impronta no pasará desapercibida por muchos años que pasen, su sello es profundo y marcado, solo hay que ver el estilo de su chirigota, alegre, desenfadada, dinámica, custodiando un pasodoble chirigotero de pellizco y duende, con el escudo del Cádiz en algún huequecito del tipo y con la sonrisa en la cara como carta de presentación.
El Carnaval de Cádiz tiene un pregonero de categoría, querido y admirado, gaditano y chirigotero.
Gracias por tantos años de entrega, de generosidad y de risas. Gracias por aquellas madrinas, por Caimán, los aleluyas, los pringaos, por aquellos novios enamorados de la tacita, por los guardias civiles, por los mosquitos, y por tantos y tantos personajes que has creado con tu ingenio chirigotero.
Disfruta del pregón y no dejes nunca de vivir el carnaval de la forma en que lo haces. En una fiesta que se ha profesionalizado y distanciado del pueblo tu ejemplo diario se hace más necesario que nunca.
El coplero de la sencillez, el chirigotero de los brazos abiertos, la naturalidad hecha antifaz de oro. Que nunca nos falten tus ensayos ni tu sonrisa. Te queremos Sherif, Cádiz te quiere.
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