Opinión de Carnaval
A Germán García Rendón
El yugo social castiga a quien se destaca, a quien no asume, a quien se mantiene firme y tiene por conciencia la conciencia de pueblo
El mundo es de los diferentes, de los que no se redimen, de esos que caminan a ritmo diferente.
El mundo es de los originales, de los que piensan por sí solos, de quienes alumbran los huecos oscuros de la memoria y nos enseñan a leer cuando aún somos aprendices de palabras.
Salir del redil, no dejarse homogeneizar, darle valor a lo distinto y no desfallecer. No pensar por otros, no callarse, luchar y autoconvencerse de que el camino elegido es el bueno y no el que otros esperan que recorras.
Pero a su vez, el mundo no está hecho para libre pensadores ni ovejas negras. El yugo social castiga a quien se destaca, a quien no asume, a quien se mantiene firme y tiene por conciencia la conciencia de pueblo. Por eso hay que valorar que en este mundo de mediocridad a veces hay versos sueltos, notas disonantes, colores inesperados, regalos y sorpresas.
Qué bonito es luchar siéndole fiel a tu conciencia, aunque no camines por la senda esperada, ni la valorada, ni la aplaudida ni premiada.
Qué bonito es perder así, ganando. Qué bonito es no defraudarse y sentirse orgulloso de haberlo intentado a tu manera sin deberle nada a nadie, sin prostituir tus sueños, tus deseos y tu forma de vivir y de sentir.
Hay quien lucha cada día por ser diferente, por no caer en el anonimato, por salirse del rebaño, por pintar con colores diferentes… hay quien tiene el don de ser diferente sin pretenderlo, exclusivo sin quererlo y casi íntimo sin pretenderlo.
Qué bonito es ser de Cádiz, saber que la vida es bella y aunque existen inciertos y oscuros túneles llenos de enredaderas y espinas, continuar adelante sabiendo que hay esperanza y vida en un simple abrazo, en una lágrima que asoma.
Hay quien tiene premios y hay quien tiene el enorme privilegio de ser diferente en un mundo de iguales. Y eso amigo, ni se compra ni se vende, eso se tiene o no se tiene, y tú lo tienes. Que tus versos jamás tiemblen, que tu guitarra no se confunda, que el ansia no le pueda a las formas, que tu mensaje siga siendo una daga en la conciencia de esta sociedad dormida, y que tu copla nunca falle porque en la vida solo falla quien deja de pelear por lo que cree.
Obedece a tu instinto, seca tus lagrimas y alumbra la resiliencia de tu camino porque queremos seguir caminando contigo.
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