Carnaval de Cádiz
Los iluminados: La torre de Babel y la voz de Bablé para dar luz a quienes deciden
El coro de Pedrosa, Fernández y Remolino vuelve a destacar por su impresionante presentación y un popurrí sensacional
Carnaval de Cádiz
Coro
- Autor David Fernández, José Manuel Pedrosa y Enrique García Rosado, 'Kike Remolino'
Im-presionante. La presentación. «Que noooo, no te apague nadie». El coro, eso, impresiona. Por el tipo mimado hasta el extremo, cuajado de detalles gaditanos, los ojos cegados. Y las voces. Suena en 'dolby surround' y retumba hasta en el último rincón del Falla, aunque por desgracia no logra acallar las molestísimas voces del ambigú.
La elección de temas te lleva al cielo o te hunde en el infierno. Esta agrupación batalla por el primer premio y quizás haya faltado impacto en los tangos. Correctos. Inicia con sorno la primera estrofa: «Menos mal que ya estén en el Congreso para que se expresen todos mis paisanos. Y allí subirá el catalán, a pedir libertad». No es una crítica a los nacionalismos periféricos sino un grito desde Andalucía, a la que no se escucha pese a que «hablamos la lengua tan humilde que no hacen falta auriculares para traducirlo». ¿Qué hemos hecho mal?
Es mejor que el siguiente pero logra menos rédito en el aficionado. Si el coro de Julio recordaba, obligado, a su alma y lucero, el de Pedrosa y Fernández 'tenía', 'debía', homenajear a Eduardo Bablé. Su bandurria, y otra voz que se jubila este Carnaval junto a Miguel Ángel Fuertes.
«Quedará en silencio la voz de nuestro Eduardo». Ambos han sido «los ojos de Cádiz y el alma de este teatro». Teatro iluminado, público en pie y la presencia de dos personalidades inolvidables, de esos imprescindibles.
Los cuplés, picantones, agradecen los diferentes remates aunque no terminan de sonsacar más que una sonrisa. Levantan la actuación con un popurrí sensacional, plagado de músicas reconocibles paridas y fraguadas en esta tierra.
