carnaval de cádiz

Hilo de arqueología digital carnavalera gaditana: «Una joya absoluta»

«Una noche de la primavera de 1998, mientras mi mujer me ponía los cuernos en la Punta San Felipe, tuve una visión»: así se presentaba Juan Carlos Aragón en 2001, el año de su estreno en la modalidad de comparsas con 'Los condenaos'

L.V.

CÁDIZ

«Se viene hilo de arqueología digital gaditana». El aviso de XX no tiene desperdicio. Y este es el contexto, explicado como introducción: «Vosotros fliparéis (o denostaréis) los libretos en formato pendrive y código QR... pero que sepáis que hace más de 20 años, la comparsa Los Condenaos tenía su propia web y es UNA JOYA ABSOLUTA que ha descubierto el gran @calvellido«.

El hilo, que mezcla texto e imágenes, es el siguiente:

-«La historia comienza con nuestro amigo @calvellido decidiendo completar su colección de CDs de carnaval con la discografía del Capitán Veneno, con el consiguiente descubrimiento de la dirección de la web oficial de la comparsa... ¿o no?«.

-«Resulta que en 2002 ya se habían mudado a su dirección al parecer definitiva en galeon punto com. Vamos a echar un vistazo por sus diferentes secciones, aunque podéis navegarla vosotros mismos gracias a la versión archivada en archive punto org: «.

-«Como era de esperar incluso en 2002, la web se inicia con una presentación que tarda ¡un párrafo nada más en mencionar a Antonio Martínez Ares! Mucho #ChismeCOAC pero en la web 1.0 ya había cybersalseo de la mayor calidad».

-«La sección de componentes parece la del típico censo de canal de IRC de la época. Y sí, el Carli y el Subiela aparecen juntos hasta aquí, pero Ángel no tiene »curriculum«. Los componentes que tienen su página hecha entran en bastante detalle, lo cual me parece alucinante».

-«La sección »libreto« únicamente trae la letra de la presentación (pequeña decepción aquí), pero detallazo incluir otra sección con los acordes del pasodoble. Esto no se puede ver en ningún libreto actual de comparsa en la vida».

-«Terminamos este viaje en el tiempo cibernético con la sección autor que no tiene desperdicio: https://web.archive.org/web/20010806082105/http://www.galeon.com/condenaos/web/autor.html. Creo que es INNEGABLE que este documento está escrito por el Juan Carlos Aragón de la época, para bien o para mal«.

-«Así que nada, espero que disfrutéis de este pedacito de historia del carnaval internauta gracias a la colaboración de mi amigo @calvellido. Algún día me animaré a hacer algún directito de arqueología digital, que tan sólo de movidas de Cádiz ¡hay un huevo de joyas por descubrir!«.

Juan Carlos Aragón: así se presentaba en 2001

Así se presentaba Juan Carlos Aragón el año de su primera comparsa, 'Los condenaos', con el grupo hasta entonces de Antonio Martínez Ares:

«Qué passa! Os saluda Juan Carlos Aragón Becerra Lobatón Corbacho Junquera Gago Moreno Fernández, más conocido por Juan Carlos –Juan, para los amigos (pero, eso, para los amigos, para los demás, el nombre entero).

Mis comienzos en el carnaval fueron un desastre. Tenía 15 años, cantaba por Los Chichos, y mi aspecto era de lo más vergonzoso: tupé, vaqueros estrechos y zapatos de punta o Yumas con rayitas naranjas. Para colmo hice una comparsa llamada Contrabandistas por la que mi padre estuvo a punto de echarme de mi casa. Era el año 1983 D.C. Lo del año siguiente fue peor: hice otra comparsa llamada Juerga, una de las mayores horteradas de la historia de la comparsa juvenil. Para culminar mi proceso de degeneración, al año siguiente escribí una chirigota llamada Los Tartajas Tajarinas, que me costó repetir COU de la depresión que me produjo la reacción del público. Después de estas tres agrupaciones decidí dejar el carnaval. Por su culpa padecí una grave crisis de identidad, llegando incluso a plantearme si era gay.

Menos mal que, como consecuencia de este fracaso, me dediqué a estudiar y me licencié en Filosofía. Al menos, con ese título conseguí convertirme en profesor de Instituto y tener un sueldo con el que seguir manteniendo a mi exmujer.

No obstante, cuando acabé la carrera, volví al carnaval a través de un coro para el que compuse la letra en los años 1992 y 1993... de cuyos nombres no quiero acordarme. Me di cuenta que estaba enganchado. No podía dejar esta droga. Pero drogarme con un coro vi que era de drogadicto chungo: era como si esninfara pegamento. Y dije: para drogarme con el carnaval, por lo menos, me voy a drogar con droga de calidad: la chirigota. Y en 1994 escribo Un Peasso Coro, una de las chirigotas peor cantadas de la historia, pero que quedó a 9 puntos de la final. Eso me dio alas como el Redbull para escribir al año siguiente Los Tintos de Verano, primer cajonazo de los dos que tengo: aunque me cabreé mucho con el Jurado Oficial de ese año, también me di cuenta que valía más el cariño y la risa de la gente en la calle que el queso de bola que te ponen en el Homenaje al Comparsista cuando recoges los premios oficiales.

Con Los Guiris, en 1996, alcancé mi primera final, y con Kadi City, al año siguiente, mi segundo cajonazo... y con Las Ruinas Romanas de Cádiz, el tercero. Al menos, los cajones de los muebles de mi casa no me costaron dinero. Me planteé dejar el carnaval para siempre.

Pero una noche de la primavera de 1998, mientras mi mujer me ponía los cuernos en la Punta San Felipe, tuve una visión: una nube de humo que salía del canuto que me estaba fumando se convirtió de pronto en el espíritu de Cañamaque, y me dijo: cambia de grupo, Juan, picha, que tú vales «pa» esto, y saca una chirigota de hippies: Los Yesterday. Así lo hice, y en 1999 conseguí mi primer Primer Premio (y el último, me parece). La alegría fue inmensa, especialmente la de mi mujer, que vio en los Yesterday el modo ideal para amasar una fortuna con la que comprarse el pisito que se compró en los terrenos de la antigua Fábrica de Cerveza. Ahora entiendo por qué, cuando nos dieron el primer premio, ella lloraba de alegría y yo de pena. Entonces comprendí que en vez de dejar el carnaval, a quien tenía que dejar era a mi mujer, y así lo hice.

Aunque no venga al caso, mi juicio de separación matrimonial fue un juicio de economía chirigotera: el Juzgado de Instrucción nº7 de Cádiz parecía Canal Sur Radio, y su jueza titular me recordaba a Fernando Pérez: sólo me preguntaba cuánto dinero cobrábamos por actuación y cuántos CD llevábamos vendidos. A ver cuando se enteran los jueces que el carnaval es del pueblo, no de mi mujer.

Para el nuevo milenio lo estrené con Flamenkito Apaleao, la agrupación con la que más he disfrutado y de la que más satisfecho me he sentido, porque representaba haber superado el trauma de lo anteriormente referido. Además, de esa chirigota, mi mujer ya no pudo llevarse ni un duro.

Durante esos tres años, también le estuve haciendo la música a la comparsa de Rota, la del Guti. Aunque en el COAC no consiguieron mucho que digamos, defendieron lo que les compuse con la mayor dignidad y estoy muy orgulloso de haber escrito para ellos porque, además, son gente «canela».

Y en agosto del año que pasó, mientras preparaba Los Panteras –mi chirigota del 2001-, de pronto apareció un Angel: era el Angel Zubiela, con su legión de incondicionales, que se habían separado de Martínez Ares. La propuesta era que yo les escribiera la comparsa. La empresa era harto complicada: llevar adelante dos grupos con tanto reconocimiento y tantas pretensiones implicaba una responsabilidad que me seducía tanto como me asustaba. Me lo pensé durante dos semanas, hasta que me lié la manta a la cabeza y me dije: «acuérdate de lo que una noche te dijo el espíritu de Cañamaque». Total, que creo que hice bien aceptando y tirando pa'lante con los dos grupos.

Los Condenaos son una metáfora del castigo al que están sometidos los desertores civiles de una sociedad hipócrita y cínica contra la que cargo tanta tinta como tengo en el toner del ordenador. Y no sé si le ganaremos a la nueva comparsa de Martínez Ares, pero, que quede claro, que ése no es nuestro objetivo, ni mucho menos. Sólo queremos hacer una comparsa que nos guste mucho a nosotros y a nuestro público, que es a quien nos debemos ante todo.

Por eso, querido lector de esta página, te deseo un Feliz Carnaval con Los Condenaos, y que realmente la condena sea la de mi suegra. Amén«.

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