COAC 2023
Germán G. Rendón: «Al Falla hay que ir llorado de casa»
El autor de 'Los trampucheros' vuelve esta noche con ganas de revancha: «En mi filosofía no cabe perder un pasodoble o parte del repertorio en acordarme del jurado o una situación pasada»
«Con diferencia éste es el mejor grupo que he tenido, a nivel vocal, y de los mejores del Carnaval»
Sin trampuchería ni cartones. Germán G. Rendón no los necesita. Ya hace tiempo que dejó de ser una joven promesa y camina en esa senda de transición hacia la consagración definitiva. Es sin duda el paseo más espinoso, donde a veces se pierde pie al correr en exceso o deslizarse con temor. Un sitio de paso que en ocasiones se eterniza y parece no tener fin.
Pero la confianza del autor gaditano y las sensaciones que desprenden le brindan cada febrero una nueva oportunidad de consolidar un legado que sabe reconocerse entre los buenos aficionados. Esta noche, con un grupo brillante que se ha ido cociendo a fuego lento, vuelve con la certeza de que esta vez sí, esta vez será.
-¿Sensaciones diferentes en este año o los nervios habituales de horas previas al estreno?
-Nervios siempre. Pánico absoluto. Quizás el mal resultado del año anterior acrecienta esos miedos a la vez que las ganas de revancha.
-No se calman con los años.
-Al revés, cada vez el miedo va a más. Seguro que le pasa a mucha gente que compone el Carnaval. Son momentos de soledad, dudas... son rasgos comunes. Además, cantar tan tarde a mí me satura. No me viene bien. He visto ya a muchas agrupaciones y a mí, por mi forma de llevar la comparsa, me gusta escribir durante el Concurso, después del estreno. Esta vez no será posible.
-Me habla de revancha. ¿Continúa con el sentimiento de indignación del pasado Concurso?
-Sí, sigue ese sentimiento. La revancha es sobre todo por mí mismo. Pero eso sí, habrá cero referencias al año pasado en el comparsa. Al Falla hay que venir llorado. En mi filosofía no cabe perder un pasodoble o parte del repertorio en acordarme del jurado o una situación pasada. Estos foros sirven para desahogarse pero en mi repertorio no tienen cabida. Es que no creo que le interese al aficionado que viene a escuchar Carnaval lo que me pase o me deje de pasar.
-Pues se ha convertido en una tendencia habitual. Al COAC hay que llegar estudiado, porque se habla continuamente del pasado.
-Tiene rédito en Concurso. Uno construye ese papel, de que le deben algo. Yo desde que empecé a sacar no se puede decir que haya tenido muchos éxitos en el Concurso, así que habría sacado muchos pasodobles llorando. Esos efectivos y efervescencia son inocuas.
-Por su parte, ojalá este Concurso no se parezca en nada al de mayo.
-Sí, que no se parezca, ni en resultado ni en sensaciones. Estuvo muy desangelado, no parecía Carnaval. Yo llegué al Falla el primer día y se nos achacó que llegamos sin mordiente. Pero es que no tenía ni nervios. Salir de día, con las ventanas abiertas, la gente viniendo de la playa... mentalmente no se asocia al Carnaval. Y los primeros días de calle fueron muy decepcionantes, con los coros cantándose entre ellos y agrupaciones esperando a los aficionados. Por último, no me esperaba esta mella económica...
-El descalabro económico ha sido común entre muchas agrupaciones.
-Brutal. Nos hemos gastado en este Concurso tres veces menos. Nos ha costado más que nunca financiarlo y vuelve a ser una comparsa 'low cost'.. No creía que la merma pudiera ser tan honda, y eso tiene repercusi´no en las ideas que puedes elegir.
-¿Cómo han logrado la puesta en escena?
-Pues me he ocupado yo casi de todo. De buscar disfraces, alternativas... El tiempo que le dedica una empresa, los quebraderos de cabeza, los asumo yo. Al final hay una doble lectura, porque quedará una bonita estampa y se demuestra que se puede hacer con menos. Quizás estamos demasiado acomodados.
-Habrá que acostumbrarse porque mi sensación es que hay un proceso de recesión económica en el Carnaval.
-Son rachas y épocas. Cada agrupación responde a la realidad económica de cada año. Pero vamos, no es lo sustancial.
-Vayamos a la comparsa. 'Los trampucheros'. Una palabra muy de Cádi.
-Surgió el nombre en el grupo, fue lo que os gustó, y a partir de ahí formamos la idea. Es un personaje inventado en cierta medida. Una persona que te puedes encontrar en las esquinas de Cádiz. Y adaptado el corte del grupo, que es más clásico, con fuerza, y hay que aprovecharlo.
-Y nuevas incorporaciones en el grupo para incluso mejorarlo.
-Con diferencia es el mejor grupo que he tenido, a nivel vocal, y de los mejores del Carnaval. Han llegado Alex de Huelva, Jesús (ex de la comparsa de Remolino y Martín...). Eso tiene el bagaje de la experiencia, y me aportar su visión de hacer Carnaval. Somos generaciones distintas y no estamos de acuerdo en muchas cosas, pero el debate enriquece. Pacoli, Lali... tienen mucho Carnaval y me ayudar a estar conectados a la realidad y a la esencia.
-¿Eso conlleva más presión?
-No creas. Ellos salen en esta agrupación porque algo les motiva a salir. Yo intento hacer el mejor repertorio y adaptarlo al emisor que tenga. En esta ocasión el grupo se ha adaptado un poco más a mí.
-¿Le ha costado traer la comparsa, con tan poco tiempo para la creación?
-Me ha resultado más fácil y me ha salido más redonda. Pero me ha costado mucho arrancar. En junio estábamos cantando en la calle cuando en esa fecha ya se están generando ideas para el siguiente Carnaval. El tiempo te desintoxica, te ayuda a pensar en otras cosas, y te dan ganas de recuperarlo porque estuviste un tiempo en barbecho. Esta vez no ha sido así y lo asumimos todos. Lo difícil no era el Carnaval de mayo, sino el de ahora.
-¿Hasta dónde me puede contar?
-La comparsa no tiene misterio. Es un personaje que todos conocemos. Tiene su punto de crítica, porque no se sabe si el trampuchero es causa o consecuencia, si es así por la situación que le ha tocado vivir, o si la situación es así por culpa del personaje. Está inspirado en 'El buscón' de Quevedo. Buscando y quitando romanticismo a la picaresca, la dificultad extrema de ascender en la escala social... es curioso como esa obra se escribió hace siglos y seguimos igual. El lazarillo de Tormes es una condena.
También tiene su punto carnavalero porque es una modalidad propia dentro de la comparsa, de aquella comparsa de los años 70 y 80, de Catalán Chico y Antonio Martín, esos personajes canallas. Hay, y sobre todo había, trampucheros que lo son y fueron por necesidad, pero en la vida actual me parece un atraso.
-Sigue encargándose de la letra y la música y delega algo más en la afinación.
-Yo estoy en los ensayos, pero Lali y Pacoli afinan. Este pasodoble es más vivo. Tiene ese aire. Ha gustado mucho al grupo y es una barrera que tenían que derribar. Se critica que la música no tenía el hilo conductor necesario, o no era sencilla, y llevo un par de años haciéndola más sencilla sin perder la mordiente.
-En este Carnaval se está criticando mucho la poca original de los tipos.
-Es que realmente está todo inventado. Siempre hay referencias de otros autores, como de Martín, pero él mismo también tenía otras referencias. En la estética es muy difícil innovar, porque el Carnaval tiene unos códigos. Si te sales te puede salir bien, pero a la vez rematadamente mal. Y, un ejemplo, una comparsa debe ir disfrazada de comparsa.
Con respecto a las letras, igual. Se seguirá cantando al paro, a la violencia de género, a la situación social, y el valor diferencial es el enfoque que le das.
-Ahora sí se puede hablar de relevo generacional. Y de la consagración de las comparsas femeninas.
-Sí, ese relevo se está produciendo de manera generacional. Era cuestión de tiempo y hay que celebrarlo. Y yo no distingo entre hombres y mujeres, al final, con comparsas y es Carnaval.