OPINIÓN
Complejos
Cádiz ha sido una ciudad burguesa y mercantil desde que comenzó su historia. Ha sido una ciudad abierta y llena de riqueza de ideas de cualquier índole
Vengo observando desde hace años la inquina habitual de determinados autores de carnaval hacia Sevilla, y en menor medida, hacia Jerez. Actuando así piensan que se provoca más el aplauso del público, sin calibrar el irregular sabor de boca que dejan.
Siempre he creído que quien ataca o desprecia denota un peligroso complejo de inferioridad y debo decir, desde mi perspectiva, que hace un flaco favor a la ciudad que supuestamente defiende.
En los años 90, el humor ácido del Libi (cuánto lo echamos de menos) desarrollaba un punto cáustico y surrealista que rayaba con lo irreverente pero, aún así, tenía esa gracia provocadora, admisible y acorde con el carnaval: «Dicen que el tipo es soso, a ver quién ha visto un sevillano que sea grasioso«, también atacando a lo más sagrado de Sevilla, a la Macarena o al Gran Poder, o incluso haciendo una parodia sobre su Santidad.
Dicho esto, usar ese recurso como algo habitual denota complejos de inferioridad poco recomendables siquiera para el carnaval tan transgresor e irreverentemente moralista pero lleno de contradicciones en sus mensajes.
Un ejemplo, denostar a la iglesia católica de forma sistemática, no así a otras religiones mucho más sospechosas de taladrar derechos humanos básicos, incluido el de la mujer.
Un carnaval que ridiculiza a los curas y a sus inclinaciones por los monaguillos pero se preocupa hasta la médula de cómo deben llevar los pasos las cofradías, de las que, por cierto, se mofan y befan continuamente, y que las «formas sevillanas « no horaden y manchen tan noble costumbre.
Sobre las ideologías políticas me daría para otro artículo.
Cádiz ha sido una ciudad burguesa y mercantil desde que comenzó su historia. Ha sido una ciudad abierta y llena de riqueza de ideas de cualquier índole gracias al intercambio con el comercio de las Indias. De pensamiento liberal y democrático, donde supuestamente tienen cabida todas las ideas políticas y religiosas, y donde tienen lugar todos los ciudadanos del mundo, ¿o no? Pues escuchando algunos mensajes parece que no. «Bruno vete para Jerez», «Fernando Pérez vete para Sevilla». Con ciertos tintes xenófobos, son capaces de lanzar mensajes de fraternidad hacia lugares muy lejanos pero lo que se tiene cerca se desprecia.
Después quieren que se aprecie y se quiera a Cádiz de forma sistemática. En fin.
