Parque temático

No seré yo quien reparta carnets de gaditanismo, que el dios momo me libre, pero de un tiempo a esta parte tengo la sensación de que el teatro, ese templo que contiene la esencia más pura de Cádiz, se está convirtiendo en una especie de parque temático al que acuden visitantes del mazizo galaico a la cornisa Cantábrica, pasando por los picos de europa, para hacer su tour y hacerse fotos con Pepito el caja y selfies con el telón de fondo.

Nuestro viejo teatro sufre de una enfermedad que tiene difícil solución. El problema de las entradas, el acceso a las funciones de gente que no sabe cantar ni los duros antiguos, que mantiene un ambiente helado mientras actúan agrupaciones punterisimas de la fiesta, es un problema de gran importancia para la salud de nuestro concurso.

Los Cai del Pillo, los ole ole mi Caí de María, las arengas del caña, inclusive la esencia del gallinero, se está echando en falta cada vez más. Duele mucho ver a compañeros que han preparado grandes repertorios de nivel máximo, quejarse de la frialdad de un respetable que cada vez es más respetuoso y menos gamberro.

El falla es, o al menos debería, como aquellos corrales de comedia, donde la interacción público- agrupaciones debe ser impepinable, un deber del público para con las agrupaciones. Compartir el protagonismo a ambos lados del telón se echa mucho en falta. Este concurso no es largo, lo estamos haciendo largo, si no se pone solución, llegará un momento en que se acabe consumiendo.

El parque temático en el que se está convirtiendo hace que la cosa cada vez merezca menos la pena. Es necesaria una reflexión, las puertas del teatro no se le cierran a nadie, pero los gaditanos tienen que poner solución a esto, si no se va a convertir en un festival de San Remo con aparejos de fondo y barquillitas gondoleras. Paco, baja aunque sea en chándal.