Opinión

El dichoso «Metacarnaval»

Deberían utilizar el magnífico púlpito del que disponen durante 30 minutos para decir las cosas que de verdad importan

David Fernández

No sé cómo definirlo del todo, pero eso que llaman «metacarnaval», esas letras del «me dijo, me dijo», esos intríngulis propios del sálvame carnavalesco, para mi como aficionado, deberían estar fuera de los repertorios, al menos de los grandes autores de la fiesta.

No olvidemos ... que el carnaval es la oportunidad de decir las cosas tal y como suceden en nuestra ciudad, de contar y cantar los múltiples problemas e injusticias que ocurren en nuestra sociedad. Pero dentro de esta capacidad inigualable, hay auténticos genios de la pluma y de la música que son el santo y seña de nuestra fiesta, y ellos no deberían desaprovechar sus habilidades en traer un repertorio basado en los problemas internos que solo alimentan el mal rollo entre autores. Deberían utilizar el magnífico púlpito del que disponen durante 30 minutos para decir las cosas que de verdad importan.

Quiero pensar que todas estas letras dedicadas a lo que dijo uno y lo que dijo otro, defender a este otro contestando en un pasodoble, o contar películas varias que solo interesan a cuatro gatos, no son más que calentones propios de las primeras fases del concurso, y que a partir de ahora se escuchará lo que de verdad importa. Ellos poseen el vehículo mas preciado del que se puede disfrutar en este mundo, que son la música y la voz. Por eso me permito el lujo de pedirles en estas humildes líneas que despeguen de una vez, que olviden las intraletras.

Comprendo que no es nada nuevo esto del metacarnaval, que ya esto entre los coros de Los Bichitos de Luz y Los Marcianos se produjo hace muchos años, y desde entonces hasta nuestros días se ha repetido como una berza de coles, pero yo a esos grandes Chefs de alta cocina carnavalesca no les pido que me hagan unos huevos fritos con papas, por mucho que sean los mejores huevos fritos del mundo, no. A ellos les pido unas cocochas en salsa verde o un pil pil de almejas con crema fina de avellana, que ya el jamón york me lo como yo en casa a diario.

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