CARNAVAL DE CÁDIZ
Un modelo obsoleto
La saturación de las agrupaciones inscritas y la calidad mínima que se aprecia en los repertorios carnavalescos es solo una muestra más de la decadencia del COAC
Por desgracia, hay quienes han asumido que cantar en el Falla es todo un derecho universal. Cualquiera puede crear su agrupación e ir a vivir la experiencia de cantar en el teatro, faltaría más. Las preliminares tienen esa parte romántica, dicen.
¿En cualquier concurso no hay acaso un casting previo antes de retransmitir por televisión? ¿No se presupone que debe haber un mínimo de calidad en las agrupaciones participantes? ¿Por qué cualquier agrupación sin haber pasado por una sola prueba puede cantar en directo en un prestigioso Concurso? ¿Tan complicado es gestionar una especie de preselección para los grupos candidatos? ¿No se puede hacer una prueba a puerta cerrada para valorar si una agrupación sea de la modalidad que sea merece un pase para estar en un Concurso como el nuestro?
Lejos de realizar una criba para poder seguir manteniendo un nivel mínimo, la retransmisión de las preliminares se ha convertido en un espectáculo sin sentido en el que para encontrar una agrupación que merece la pena has tenido que escuchar un sinfín de grupos que no están a la altura.
Lo que es evidente es que todas las agrupaciones de la fase de preliminares no tienen la misma categoría. Entonces, ¿por qué todas las agrupaciones juegan con las mismas condiciones? ¿Por qué autores consagrados de esta fiesta con una trayectoria impecable no poseen ningún tipo de ventaja con respecto a grupos que, de forma totalmente puntual, vienen al Falla a vivir una experiencia?
Lo más lamentable de la situación a la que ha derivado el Concurso es la imagen que se exterioriza del Carnaval de Cádiz en cualquier parte. De hecho, exhibir cualquier sesión de la fase de preliminares es una forma de «vender» al exterior que eso que se está televisando representa, de una forma u otra, lo que es nuestro Carnaval.
Es de vergüenza ajena que «agrupaciones» como la que se han visto durante la fase de preliminares de este actual COAC hayan podido «representar» nuestra fiesta y que haya quienes escuchen, en cualquier rincón del mundo, que eso también es el Carnaval de Cádiz.
Y parece mentira que hayamos tenido que llegar a estos límites para replantearnos cambiar un modelo que ya estaba caducado y obsoleto.