carnaval de cádiz
En la ciudad de Cádiz
En cualquier caso, esa defensa por lo gaditano, por lo más genuino de la ciudad como sus locales o sus peñas son la esperanza de un Carnaval que aún sigue siendo auténtico y puro
Comienza el Carnaval callejero.
En la ciudad de Cádiz, siendo cualquier hora de un lunes de Carnaval, me reúno frente a mi teclado y a la vista de las impresiones obtenidas durante el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas, os cuento. s
De este año 2025 hay mucho que destacar sobre un Carnaval que está forjando y construyendo unos cimientos de calidad para el futuro. Es imprescindible citar los casos más relevantes: la perspectiva literaria de la comparsa de Germán Rendón, DesOBDC! basada en el personaje de El barón rampante, del escritor italiano Ítalo Calvino, así como el pasodoble dedicado a los libros en el que el autor defiende la lectura como escudo ante los regímenes oscuros, como instrumento para la reflexión y para combatir la ignorancia. Asimismo, no puede pasar desapercibido el estribillo de Las ratas, que comienza con los versos de un célebre poema de la poetisa mística Santa Teresa de Jesús: «Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero».
Esencial, por supuesto, es seguir encontrando letras dedicadas a las problemáticas sociales, como el pasodoble de la comparsa de Bienvenido sobre el terror, concepto con el que se desarrolla la idea del miedo de sentir que la vida se va mientras los pacientes permanecen encadenados a una lista de espera. Una letra que defiende la sanidad pública y alaba a todo el personal sanitario por su esfuerzo sobrehumano.
De corte social, también hallamos letras transgresoras de la comparsa El cementerio, sobre la ley de la dependencia y los obstáculos de la burocracia, o la gestión sobre la actual gestión política del alcalde de Cádiz. Destaca por su originalidad y compromiso, el pasodoble dedicado a la conciliación laboral, una cuestión totalmente vigente en nuestra sociedad que no se ha tratado en los repertorios carnavalescos.
El mismo día 28, como era de esperar, también hubo lugar para reivindicar nuestro andalucismo. El pasodoble dedicado al malagueño Manuel José García Caparrós que murió a los dieciocho años un cuatro de diciembre de 1977 fue el mensaje idóneo para homenajear a Andalucía y denunciar que nunca se llegó a encontrar al culpable de dicho asesinato.
Por último, es interesante subrayar que tanto en el caso del primer y segundo premio de comparsas, Las ratas y El cementerio, respectivamente, ambas ideas están basadas en la decadencia absoluta de la ciudad. Las ratas no dejan de ser los habitantes de Cádiz que han sido echados de sus casas y han acabado viviendo en los bloques del Campo del Sur. Por su parte, los sepultureros del cementerio se encuentran en una ciudad que se está muriendo, que está en los huesos. Ambos tipos nacen de una problemática real que está sufriendo Cádiz, del turismo, de la falta de vivienda para los gaditanos, de la pérdida de la identidad, de la pobreza. En cualquier caso, esa defensa por lo gaditano, por lo más genuino de la ciudad como sus locales o sus peñas son la esperanza de un Carnaval que aún sigue siendo auténtico y puro.
Sin más, os deseo una feliz semana de Carnaval. Nos leemos en el próximo concurso.
¡Vida eterna a los carnavales!
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