Carnaval de Cádiz
COAC 2025: La risa del payaso como respuesta al sufrimiento propio y compartido
La comparsa de Nene Cheza y Zampi apuesta por una puesta en escena clásica aunque formas algo diferente, manteniendo la rotundidad de siempre en la interpretación
La comparsa de Cheza y Zampi explica en un pasodoble cómo superó las reacciones, «el odio negro», a sus dos polémicas letras del año pasado
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¡Payaso!
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¡Payaso!
- Autores Nene Cheza y José Luis Zampaña
La risa y el llanto. Maquillaje para ocultar las heridas, ironía para burlarse del mundo, la gracia contestataria como rebeldía. Es el axioma del payaso, que en Cádiz. «Si sangran tus heridas y los males te someten, sigue mi filosofía, píntate dos coloretes... Me he enganchado al vicio de reírme de este mundo».
Es un tipo, de 'clown', que cuenta con precedentes en esta fiesta. Una puesta en escena clásica, que recuerda a los 90, si bien Nene y Zampi lo esgrimen para representar las miserias y grandezas del gaditano. El grupo es rotundo, con algo más desgarro en contrapunto con la solemnidad habitual. El músico trabaja todos los matices y en escena no permite una voz trémula; la faena otorga seguridad a las gargantas.
El pasodoble arranca calmo, sosegado, recordando a melodías que pariera el gran Bustelo. Va deteniéndose al final de varios versos para adecuarla al tipo, menos clásico que otras veces. No fluye como otros años sin eso restarle belleza. «Qué trabajito me costó tirar palante, verme sin fuerzas para seguir cantando». Cheza reflexiona, de manera obligada, tras el amargo Concurso de 2024, donde fue objeto de la ira popular por motivo de dos polémicas coplas. Los niños de los componentes logran que se esfume la duda. «Esto ya es una familia. Ojalá sentir la fiesta con la pureza de mis niños».
En la segunda letra enumeran muchos de los valores del Carnaval, desde Palmira Santander a Jesús Bienvenido, que comparten su origen. Esa infancia en la que mamaron Carnaval. Por eso lamentan la situación actual, con el expresidente de la Asociación en entredicho por la desaparición de una buena suma de dinero y denuncias por estafa. «Todos somos responsables si se muere la cantera».
Sufren en los cupleses, y es que le tiemblan hasta las canillas, como ellos mismos reconocen. Los dos con remate a la limitada estatura del músico.
Interesante popurrí con cuartetas meritorias, como aquella en la que se ríe de los chaparrones. Esta comparsa es la respuesta al sufrimiento del año pasado, con la sonrisa como disidencia que ya apuntó Germán Rendón. Es un aldabonazo de esperanza y de ganas de vivir. Un giro radical de dos autores que han traído propuestas muy oscuras y a los que se ha achacado excesiva agresividad en sus gestos y sus letras.
En términos de competición, ya es cuestión de gustos. Y que ninguno de los miembros del jurado padezca de coulrofobia... o ya se la tenga 'sentensiá'.
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