COAC 2025: el Carnaval, un veneno para dioses y salvajes

José María Aguilera

Cádiz

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28/01/2025
Actualizado a las 12:44h.

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Los indígenas de esa tribu de idioma salvaje lanzaban sus cerbatanas para inocular el veneno del Carnaval entre los pueblos enemigos. ¡Qué manera más bella de conquistar y forjar un imperio que a través de la copla! Y ese veneno impregna esta quinta sesión de preliminares. Porque sólo entendiendo la fiebre que produce esta pócima se puede entender que durante un espacio breve de tiempo los reyes se sientan enanos y los salvajes, dioses.

Por ello cada febrero se juegan su suerte sobre las tablas del Falla artistas como Andrés Morales, 'Andy', o el 'descubridor' de talentos Jesús Monje. Desde la humildad más absoluta. O que la chirigota de Puerto Real se atreva con dos chirigotas (especulación propia pero con visos de veracidad). Que los Alvarado insistan sin importar que los tiempos dorados ya quedaron muy atrás. Y que el talento de esta tierra, de artistas, poetas (Argüez) y músicos (Cabrera), desplieguen esa capacidad para desarrollar una obra escénica de enorme calibre. Con más o mayor acierto, esto es un veneno y sólo queda agradecer que corra por nuestra sangre. Y que no exista un antídoto.

La comparsa 'Voces' de Tino Tovar en versión corista. Empezamos en misa, pero bien lejana. Desde África a la Tacita para traer sones del continente negro. Presentación que arranca con una polifonía defectuosa en sus primeros versos, que se va adecentando en su desarrollo y que rompe en 'gospel' con la entrada de las voces femeninas. Se ha quedado un grupo pequeñito y muy familiar, que sigue confiando en la destreza de Jesús Monje, artífice del salto al estrellato de varios artistas de nuestra Cádiz.

Dos tangos metacarnavaleros. Al Concurso del Falla. A los artistas de esta fiesta el primero. En el segundo, el creador había generado expectación en redes sociales, pues respondía al pasodoble de la comparsa Jona el pasado 2024. Monje había pensado en «llamarlo para decírtelo a la cara», pero «mejor te lo digo en las tablas... Aquí no se gana parné... El pasodoble era para el Procopio... te quiero y te admiraré». Una conversación de dos amigos trasladada a las tablas del Falla.

En el aspecto positivo, han mejorado la afinación con respecto a años anteriores. En el capítulo de mejoras, no termina de escucharse bien el mensaje, la aceleración causa problemas de dicción que dificultan seguir el hilo del popurrí. Músicas muy movidas durante esta última pieza, un credo africano recitado en diferentes y reconocidas canciones pop y dance. 'Vive y deja vivir', entona en solitario el propio Monje. Así llegan al fin: ¡Aleluya!

Una morgue. Así, en frío. Humor negro de esta chirigota que es una escisión de 'Sácamela de la boca', dividida en dos: 'Los calaíta' y 'Cinco minutitos más'. La del Sise está menos trabajada pero tiene más golpes que la de Ale el Peluca (comentario nivel 'picao' máximo).

Tanto la presentación como los pasodobles son un trámite y les cuesta cumplir. Regular en la interpretación, mejor la segunda letra a la salud mental con cate a los políticos, por el despilfarro de dinero público. Y ahí el muerto empieza, sutilmente, a cobrar vida. Se siente todavía que ese corazón tiene algo de pulso.

El mejor punto lo dicen al principio sin música, cuando aseguran que han copiado los cuplés de una agrupación de Málaga. 'Me cago en tus vivos', colocan entre pieza y pieza. Mejoran ligeramente en la parte cómica con sus cuatro cupletinas, aunque sobran las dos últimas.

Chirigota en fase terminal. «Estaban en la UVI, nadie daba un duro por ellos». Pues eso es un error, porque justo entonces surge 'la magia de las preliminares'. Compendio, surtidito de pamplinas variadas en el popurrí con golpes muy celebrados. «Hay un forense en mí», «tengo un tanatopractor amarillo», se acuerdan hasta del joaquinito alegría '¡¡¡que yo soy delantero!!!', para enlazar una cuarteta rebosante de podredumbre para cantar 'La pota salvaje'. Surrealismo máximo al final con los cerebros al descubierto. ¿Qué habrá en esos cerebros?

Con un inicio titubeante, la comparsa de Andy y Pablo Cuartokilo va creciendo en el escenario, tanto en la interpretación como en la composición musical del popurrí, donde desarrolla este concepto de universo paralelo llamado 'Carnavalandia'.

Una dimensión que coge todas las vanidades y la hipocresía de esta fiesta y de sus integrantes. Original pasodoble contra los que robaron a los niños de la cantera y a los que se lo permitieron. Buena actuación de una agrupación que está un pasito por encima con respecto a otros años, sobre todo por la idea, que le permite confeccionar un repertorio interesante. Excesivamente carnavalero, sí.

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De pacientes que van al urólogo. Por eso, el pito (pene), da risa (provoca jolgorio en esta sociedad falocéntrica). La chirigota de los hermanos Alvarado recuerda a 'Esto es pa verlo' en el tipo, con las gafas y el chalequito. Pese a los sinsabores de los últimos años, siguen haciendo Carnaval, cada vez más difícil.

Pasodobles de corte carnavalero y cupletinas (Vera, ¡qué daño hiciste!) sobre Gadicards, isla de las tentaciones, mario vaquerizo... poco 'añejismo' aquí. Demasiado revolucionados y pasados de volumen, la desgracia es que nadie se ríe con sus bromas. Alguna risa aislado en un Teatro que es un congelador de dos puertos. Un tanto infantiles por cierto, a decir verdad. Todas van fuera, ni una entre los tres palos. Sólo entra el índice.

Una obra teatral de enorme nivel, con un hilo argumental interesantísimo, música de altura y perfectamente escrita e interpretada. La propuesta de 'La tribu', muy en la línea de 'Los esclavos', es un pasito más en un camino que esta misma agrupación empieza a explorar.

Es Carnaval pero va más allá, porque maneja numerosos conceptos artísticos que lo trascienden, siempre apegado a la tradición, al folklore y al arte popular. Pasodoble con garra, genio y al 3x4, y emocionante copla a Manu Sánchez, otro gaditano adoptivo. La historia terminará enganchando como ocurrió con los locos del pasado año. Y seguro que en las próximas funciones sonará aún mejor. Otra división, otra dimensión.

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Sensaciones contradictorias las que ha despertado esta chirigota. Su trabajo e ingenio están fuera de dudas; su capacidad de transgredir se aplaude desde las diferentes trincheras. Pero en esta ocasión, la parte cómica, dentro del repertorio, no ha terminado de funcionar. Quizás no cuaje la idea, o posiblemente se hayan dejado lo mejor para su 'segunda' chirigota, el próximo jueves 6 de febrero. Van a seguir sorprendiendo. Seguro.

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Y hasta aquí la función.