COAC 2025

'Al cielo con él': la chirigota de Écija, en busca del ático

Redondísima actuación de una agrupación que ya se quitó la máscara y apunta muy alto en el Concurso

Los asfixiantes ensayos de la chirigota de Écija: «Cuando nos metimos en el definitivo, el agobio era mucho más notable»

La chirigota de Écija, cómoda con la presión y el riesgo: «La idea es una locura de los autores»

Al cielo con él. J. M. REYNA
José María Aguilera

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Chirigota

Al cielo con él

Imagen - Al cielo con él
  • Autores Juan Francisco y David Castro

El tipo es absolutamente genial. De los mejores de este Concurso. Sorprendían con 'Te como la cara' (Y los viejos del parque, también), pero en este año se han lucido. Y se han quitado la máscara. Porque no es un disfraz, una idea, o un concepto. El tipo es la situación, una situación cotidiana: 15 personas atrapadas en un ascensor. Y a nadie se le había ocurrido antes.

La chirigota además se multiplica con su repertorio, cuidadísimo y perfectamente interpretado. Al ser de Écija y tener el mismo palmarés que el Alcorcón, batalla cada minuto, compite en cada instante y cada golpe. Por eso salpica las piezas móviles, ya de por sí buenas, con toques de actualidad que siempre encuentran el reconocimiento del aficionado y multiplican las sensaciones positivas. Bromean con el hecho de que llevan atrapados de preliminares, con jaquecas como Martínez Ares, aunque con suerte le han robado el sapo al bizcocho.

En los pasodobles mantienen esa ascensión fulgurante con dos letras donde se vislumbra esa autoexigencia. Los ocho pisos de su comunidad, Andalucía, en una metáfora jugando con su idea y firmando un buen final, de amistad y hermanamiento entre los vecinos gaditanos y sevillanos.

Emocionante la segunda copla. Sin regodearse en el dolor, describen una situación repleta de crítica y de humanidad a la vez. Se centra en la figura de ese abuelo que no puede llevar a su nieto al colegio. Por problemas de movilidad se encuentra encerrado en su tercer piso, las «escaleras que lo condenan como a un prisionero». Denuncia social de primer orden.

Dos buenos cuplés, el primero súper ingenioso, sobre la autocensura. Ya no se puede cantar a nada. Muy bien desarrollado. Y gracioso el segundo, efectista, con menos mérito y más de competición.

La chirigota astigitana busca el ático en un popurrí soberbio. No hay ningún parón, ningún silencio. Primera, segunda, tercera, cuarta planta... con cuartetas cortas que exprimen la idea mientras relatan su vida desde ese habitáculo. El motivo por el que se han quedado atrapados redondea con brillantez todo este espectáculo y da paso a un final por Cádiz desde la ciudad de las 11 torres.

Este año, otra vez, han apretado el botón.

Así cantaron en preliminares:

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