La chirigota de Écija, revelación del Concurso: «El tipo era un riesgo, estábamos en el alambre»

La chirigota de Écija 'Te como tu cara' ha sido una de las sensaciones del Concurso. De preliminares, la gran revelación, esa sorpresa, ese caramelo inesperado que al ser gotas en un océano de agua estancada provocan un rosario de comentarios elogiables y positivos. Sin duda que el éxito de su propuesta radica en su idea, en el tipo, más allá del repertorio.

Traen al COAC a un personaje inspirado en Hannibal Lecter, el psicópata asesino de 'El silencio de los corderos'. Rostro tapado con una máscara protectora y subidos, alzados, en una carretilla, con los brazos amarrados por una camisa de fuerza. La gran hazaña es que interpretan todo el repertorio sin apenas movimiento, tirando de letra y música, sin más, en esta época en la que el envoltorio suele estar por encima del contenido.

Los astigitanos repiten esta noche de martes, cómo no. Vuelven a los cuartos de final con esa difícil pero seductora misión de confirmar las buenas sensaciones del estreno. El director de la agrupación, Jorge Rodríguez, es cauto y asegura tener los pies en el suelo. Se alegra de que el giro que le dieron este año a la chirigota haya cuajado también entre el aficionado.

«Estamos muy contentos y además parece que ha gustado», reconoce. «Llevábamos unos años en los que llevamos al Falla dinosarios ('Los viejos del parque'), coches (Los Cadi-lac), y decidimos hacer algo diferente. Ir sin atrezzo, forillo negro y tirar de repertorio, de la música y las letras, nada más», desvela.

«Sabíamos que era un hándicap ir con la máscara porque no permite ver la expresión, y sin movernos. Le dimos mil vueltas hasta que ya nos decidimos. Nos subimos a la cuerda floja, estábamos en el alambre, y ahí estaba el riesgo de la difícil sencillez», recuerda. «No sabíamos cómo iba a aceptarse la idea y el tipo. Sabemos cómo es el Concurso y esta es la magia de las preliminares».

Un salto abrupto y necesario pues en los últimos carnavales se quedó un sabor agridulce. «Íbamos por caminos que no eran los correctos, y volvemos a nuestros orígenes, escribiendo lo que nos apetece». El Concurso «encorseta, y uno piensa demasiado si una cosa va a caer mal, si esto no podemos cantarlo... Eso es lo que queríamos cambiar». Regresan a «un humor surrealista, un poco negro», en el que se mueven con mayor soltura.

Lo más complejo ha sido mantener la postura hierática, imperturbable, durante los 30 minutos de actuación, «y hasta el no moverse tiene sus ensayos. La música te pide moverte y ha costado trabajo que el cuerpo no baile».

En Écija, la chirigota ha caído «de maravilla» mientras que en Cádiz se habla de revelación, «pero todavía no hemos hecho nada. Ahora toca el pase de cuartos» para el que están muy preparados. «Tenemos un repertorio muy amplio. Los autores han estado bastante finos, ha fluido la pluma, y sólo queda que público y jurado digan si es de mayor o menor calidad».