coac 2024

La chirigota clásica: un canto a la infancia y una oda localista al verdadero gaditano

Los cuplés del grupo de Manolín Santander y José Manuel Sánchez Reyes ponen difícil su pase a la final

COAC 2024: Orden de actuación de las semifinales del Carnaval de Cádiz en el Teatro Falla

Chirigota La chirigota clásica Manuel fERNÁNDEZ

Jaime Cedillo

Cádiz

Chirigota

La chirigota clásica

Imagen - La chirigota clásica
  • Autor Manolín Santander y José Manuel Sánchez Reyes

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La chirigota de Manolín Santander y José Manuel Sánchez Reyes ha mejorado en cada pase de este concurso. Los cuplés serán, presumiblemente, los que penalicen a este grupo de compositores de música clásica carnavalera y gaditana, los mismos que han traído dos letras muy competitivas a estas semifinales.

'La chirigota clásica' ha cumplido con su filosofía —y con su tipo— en su tanda de pasodobles. «Cerrar un colegio supone una derrota de una sociedad a la que no le gustan los niños», o sea, nuestro futuro. «Cualquier pareja se tiene que pensar el traer un niño al mundo», escuchamos también, entre otras frases de naturaleza altamente conservadora. «Resulta raro ver a un papá y a una mamá paseando a un bebé», vienen a decir, por lo que bajo el conmovedor canto a la infancia late también una reivindicación de la pareja convencional.

El segundo pasodoble, en una línea ideológica similar, resulta muy localista. Perfectamente comprensible, no obstante, el sarcasmo ante el hecho de «sentirse gaditano desde fuera de la Caleta». Una letra mordaz hacia aquellos que «juegan a ser de Cádiz y vienen para cantarle tres días en carnaval», cual si se tratara de una vacaciones de verano. «El resto del año ya no es una Tacita tan alegre y triunfadora», recuerdan. Y es que «una ciudad se sufre y se llora». Suerte la suya, que han nacido en Cádiz y nadie más que ellos podrán querer a la ciudad como ellos la quieren.

Los cuplés, dedicados al precio por las nubes de los alquileres en Cádiz. Los pocos que quedan en La Viña los ha cogido El Manteca. Por eso Ana Obregón prefirió alquilar un vientre. En el segundo, deslizan la propuesta de cambiar los nombres de las agrupaciones: los niños, estudiantes, la Cantera... El popurrí cuenta con buenos golpes, claro, pero recordemos que el cuplé es la pieza que más puntúa.

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