COAC 2023
El Carnaval de Cádiz regresa en todo su esplendor
La fiesta vuelve a febrero más de mil días después en el concurso de las emociones y los reencuentros; del 21 de enero al 17 de febrero pasarán por el Gran Teatro Falla 109 agrupaciones de adultos que competirán en las cuatro modalidades
Regresan el COAC, el Carnaval en su esencia, el concurso y la calle, los 'ausentes' de mayo, el ambigú, las fiestas gastronómicas, el arte, el paraíso y el veneno; en definitiva, regresa el Carnaval de Cádiz
Llegó febrero... más de mil días después. Del papelillo, la serpentina, los coloretes, y no de las mascarillas, las vacunas y los geles hidroalcohólicos. El Carnaval de Cádiz regresa en todo su esplendor. En su mes, ese pequeño descarado que pese a ser el más menudo siempre le birla algunos días a sus hermanos mayores. En su fecha invernal, la del frío y los chapetones naturales, y por tanto esas sensaciones que sólo evoca un periodo de tiempo concreto, en una vida que marca el calendario. En su momento natural, en su escenario favorito.
Regresa el Carnaval en común, el que contempla la unión indisoluble entre Concurso y calle, porque es entonces cuando adquiere su verdadero sentido. Tras la amarga separación del último año, recuperan el idilio y se funden en uno solo, prestándose sus señas. La competitividad y la frescura, la ambición y el desapego, los dos rostros del mismo pecunio que son la auténtica fortuna de esta fiesta que es patrimonio de la humanidad, aunque la Unesco todavía no lo sabe.
Regresa el COAC. El Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas. No el descafeinado de las fiestas atípicas gaditanas, sino ese que se perpetúa durante un mes, que se eterniza en su inicio para correr sin freno en su final. Arrancó con teloneros de lujo, esos pequeños que simbolizan el futuro del folklore gaditano. Esos locos bajitos pondrán la ilusión antes de la emoción, pues el de 2023 será el Carnaval de las emociones.
De la emoción. No en vano es la comparsa la reina de la fiesta, con 52 aspirantes (14 coros, 19 chirigotas y 4 cuartetos). Además, irrumpen representantes de las ocho provincias andaluzas, además de Cantabria, Cataluña y hasta Uruguay en las voces de los charrúas que emigraron de vuelta de la Gaditana. Prueba manifiesta de lo que trasciende esta fiesta, que se extiende mucho más allá de Cortadura. Son 131 agrupaciones, 109 adultos, recordando épocas pretéritas aunque desligados ya de los picos máximos de mediados de la época pasada.
Desde el 21 de enero al 17 de febrero, el Concurso del Falla comprende 25 días de competencia: en sesiones de siete en siete, 15 preliminares, seis cuartos de final, tres semifinales y la Gran Final del viernes, antesala de la gran explosión que tomará cuerpo tras las palabras del pregonero Joaquín Quiñones. Más emoción...
Regresa la fiesta de todos y para todos. De los niños y los mayores, que reciben el reconocimiento a su trayectoria tras el Antifaz de Oro: Manolo Varo, Serafín Pérez, Paco Scapachini y Antonio Procopio podrán lucirlos en su solapa, mientras José Manuel Romero 'el Petra' y Juan Antonio Lamas presumirán de ello desde arriba.
Regresa el coro de Julio Pardo, que aspira a la Medalla de Oro de Andalucía. Regresa el de Nandi Migueles tras la triste pérdida de su baluarte Rocío. Regresa la chirigota de Puerto Real, la de Sevilla, Vera Luque a su modalidad fetiche, y muchos de esos vástagos que entre ferias, semanas santas y romerías se borraron del pseudo carnaval de mayo.
Regresan las fiestas gastronómicas: erizada, pestiñada, mejillonada, ostionada, empanada, tomatada, panizada gambada... y esos manjares que se degustan sin tirar de la cartera, aunque con alguna novedad, y es que los pestiños, erizos y ostiones se podrán consumir en plena fecha de Concurso y por tanto entre copla y copa, sin cortapisas al no ser ya repertorios inéditos.
Regresa el ambigú. La barra del Falla con sus bullas. Y la carpa, por tres. El ambiente en camerinos lastrada por las restricciones de la pandemia; los pasacalles bulliciosos y la algarabía de la plaza Fragela. Y la segunda fase donde los aspirantes se juegan los cuartos.
Regresan los abrazos y las puñaladas, la admiración y la envidia, el elogio sinceros y los celos, aún más sinceros. El perfume de Cádiz y su esencia, el veneno mundano y su derrota. La sempiterna dualidad de este certamen tan real y natural como la vida misma. Ya vino bien servido de crítica la última aparición de los trovadores de este pueblo, y a las puertas de las elecciones se presenta la magnífica oportunidad de cantar las verdades de cada uno.
Regresan, sobre todo, las sensaciones arrebatadas durante 1.064 días. Desde aquel instante en que cayó el telón al final del popurrí de 'La chusma selecta' hasta que se nuevo se despegue de las tablas para descubrir al coro La Voz de Luis Rivero. Es cuando la expectación rompe en mil pedazos para dar paso a esa nube de sentimientos que envuelve a la fiesta grande de la ciudad.
Regresa el Carnaval en su máxima expresión, en todo su sentido. El Carnaval, de Cádiz para el mundo. Ese que es parte de cada uno de nosotros... y que por tanto nunca se fue del todo.