Opinión de Carnaval
Va telón
Cádiz está más viva que nunca porque está a punto de renacer de nuevo
Ahora más que nunca, los adoquines inquietos de nuestra ciudad son las huellas de una nueva historia. Casi levitando por no manchar la calle de los restos de una navidad que solo ha sido la sala de espera de nuestra gran fiesta, vemos que por fin Cádiz es Cádiz. Ya casi se adivina su cara sucia de churretes alegres, correteando como una adolescente por sus callejones trimilenarios. El vino está escondido en el corazón de las Peñas (aquí las Peñas se escriben con mayúsculas) esperando callado el latido largo del pueblo que se derrama. Las coplas recién nacidas resbalan por las paredes de los locales de ensayo. Las gargantas a punto de fuego guardadas detrás de las bufandas protegidas de los cuchillos del frío. Los nudillos acompañan la copla antigua en los mostradores esperando el parto de la ciudad. Cádiz preñaíta de balcones y de azoteas blancas, de casapuertas y de patinillos sigue cantando por dentro para que se escuche su copla caliente en las tablas del teatro, de su teatro. Cádiz está más viva que nunca porque está a punto de renacer de nuevo.
Es más que una ciudad, una emoción. Y ya sabéis que no es fácil explicar las emociones. Bajas a por el pan y vuelves oliendo a carnaval. El primer pasacalle de cada año es como una victoria, ves los papelillos pintando las calles de colores y solo con eso se te escapa la sonrisa de un niño que corre descalzo por la playa. Los estrenos de las agrupaciones son una verdadera hazaña, ves a hombres y a mujeres hechos y derechos temblando de amor y de miedo a la par y tú, que los miras, tiemblas con ellos al compás y sin saber demasiado bien por qué. Sé que no soy la única que siente esto. El carnaval de Cádiz es el motor gigante de una pasión que nos mueve a muchos: componentes, autores, artesanos y aficionados. Esta misma pasión nos une y nos hace compañeros a todos, y lo más importante nos hermana. Y a los hermanos está muy feo faltarles al respeto. Vamos a disfrutar de lo que viene, vamos a nacer en cada estribillo nuevo, vamos a esperar nuestro regalo más preciado.
Estamos a punto de romper aguas, Cádiz de mis entrañas. Que sea lo que Momo quiera. Va telón.