Carnaval de Cádiz
Antoñito Molina: «Si no fuera por Cádiz y su Carnaval, yo no haría canciones»
El artista gaditano será el pregonero del próximo Carnaval: «Al principio me parecía una locura, pero si decía que no iba a arrepentirme toda la vida»
Antoñito Molina, pregonero del Carnaval de Cádiz 2025
Antoñito Molina: «El Carnaval me hace sentirme como un chiquillo; cantar con los amigos es lo más bonito y no lo quiero dejar nunca»
Antoñito Molina será el pregonero del próximo Carnaval de Cádiz. Y tendrá que ensayar, mucho, porque esto no es como dar un concierto, donde se maneja con la soltura propia de su naturalidad. Ya le cuesta articular palabra: el Carnaval es diferente. Lo sabe bien porque aunque llene conciertos por toda España en su gira en solitario, nada le pone más nervioso que debutar con su chirigota en el Falla, junto a sus amigos.
El roteño, uno de los artistas de moda del panorama nacional, ofrecía sus impresiones, sus primeras palabras, en la Casa del Carnaval junto a Bruno García y la concejala Beatriz Gandullo. «Esto es una auténtica locura. No puedo empezar de otra manera», tartamudeaba. «Me siento enormemente loco, de nervios bonitos, de amor. Cuando me lo propusieron, dije que jamás en la vida. La sensación de que esto no era normal, que era una broma. 'No puede ser', me repetía».
El alcalde se lo propuso formalmente hace pocos días, cuando el cantautor llenó el Teatro Falla durante dos noches consecutivas. Dos noches mágicas. Y tras el primer impacto, comenzó a darle vueltas a la cabeza. «Fueron pasando horas y días y fui pensando: ¿cómo le voy a decir que no a algo que tanto amo como es al Carnaval, y a algo a lo que tanto quiero como es a Cádiz? Si no fuera por el Carnaval, yo no estaría haciendo canciones».
Molina siempre lleva «el nombre de Cádiz, de Rota y el carnaval para todo el mundo», hace bandera de él, pero «es un respeto grandísimo. Lo primero que pensé es que me habían dado una cartera con el dni de otro, porque esto no es mío. Sin embargo, soy una persona soñadora y no le digo que no a las cosas bonitas. La vida está para esto, para entregarse y dejarse el alma«.
Explica que «le debo a Cádiz y al Carnaval el primer acorde que toqué en una guitarra, la primera vez que cantó con mi amigo un pasodoble» y «si decía que no, iba a arrepentirme toda la vida. No podía decirle que no a la tierra más bonita del mundo«.
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