Carnaval de Cádiz
Análisis COAC 2025: las preliminares que marcaron un antes y un después
Estos son los motivos por los que los carnavaleros se plantean un cambio del actual formato del Concurso del Falla; el Ayuntamiento sólo actuará si existe interés real entre los representantes de la fiesta
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![La chirigota del Yuyu, una de las grandes noticias de estas preliminares.](https://s1.abcstatics.com/lavozdigital/www/multimedia/carnaval/2025/02/14/yuyu-R2S9CYvNCe3wW4xZbt3kV7J-1200x840@abc.jpeg)
Las preliminares del COAC 2025, del Concurso del Falla, marcarán un antes y un después en el actual modelo del certamen. Mínimo, provocarán un arduo debate, que ha de desembocar en un cambio necesario. Porque las 22 sesiones de preselección han puesto de manifiesto que el actual formato es fallido y condena a este pilar del Carnaval a la mediocridad. Puede ser rentable a nivel económico, pues resulta casi quimérico obtener una entrada y todas las funciones cuelgan el cartel de completo.
Sin embargo, el Gran Teatro ya no es hogar exclusivo de carnavaleros; sino que empieza a ser mayoría ese sector de espectadores (no aficionados a la Fiesta) que, o va para ver a su padre-hijo-madre-primo-amigo para jalearle y gritarle en plan festival cateto, o simplemente acude porque es algo exótico y siempre vende en redes colgar una fotografía en el templo de los ladrillos coloraos. 'Likes'. El debate ya no es entre público de Cádiz o de fuera, ya superado menos para personas de mente obtusa incluso con tintes xenófobos. La dicotomía es entre aficionados y no aficionados (que, cierto es, suelen ser en su mayoría 'extranjeros' por una cuestión numérica).
Que la primera criba haya durado 22 interminables jornadas, algunas horripilantes y varias infumables, provoca un efecto profundamente perjudicial tanto a los competidores (distinguir de participantes) como al propio Concurso, pues los primeros son los verdaderos artífices del éxito del COAC. No es toda la morralla que rodea a esto por mucho que se le vista con un supuesto carácter romántico relacionado con la libertad, que en Cádiz gusta mucho de disfrazar las cosas.
Debido a que la cantidad no es sinónimo de calidad (se demostró con rotundidad el Concurso de la pandemia de 2022), esta última se diluye entre el océano de vulgaridad. La sensación general es que el nivel es ínfimo, y eso no es real. Alrededor de 50 agrupaciones ofrecen al menos un nivel aceptable, pero quedan sepultados por el aplastante peso de la medianía. Se comprobará en cuartos y en semis, pero...
... pero, ¿cómo va a llegar el aficionado a estas siguientes fases? Absolutamente agotado, saturado más bien. Harto. Se habla del aficionado, no del espectador que sintoniza de manera ocasional para escuchar a la cabeza de serie (comparsa o chirigota) y luego se pasa al fútbol, a Broncano y Motos o a la lectura previa al descanso. El aficionado está cansado de ver y oír casi siempre lo mismo y le cuesta distinguir el grano de la paja. En interpretación, músíca y letra, el Carnaval desemboca en lugares y temáticas comunes, así que consciente o inconscientemente, el cerebro desconecta al enésimo chiste de la nariz de Lucas o el redundante piropo a Cádiz.
Los carnavaleros, los propios participantes, lo reconocen, se reconocen. Este Concurso está perdiendo interés y hasta se sorprenden al escucharse decir que tieien otros planes, algo impensable años atrás. La audiencia y la taquilla pueden contradecir este mensaje, pero no es así: el COAC está perdiendo interés 'para los verdaderos aficionados'.
Otro de los males de este o esta 'desfase' es que desvirtúa claramente la competición. Nada tiene que ver cantar el primer día con el último, con el 22, perjudicando muy mucho a los postreros pues todos, incluido jurado, llegan saturados y perjudica a una buena valoración. Cualquier Concurso funciona por comparación y así se pierden las referencias. Cuartos de final y semifinales palían en cierto modo esta aberración, y por suerte no se arrastran los puntos de preliminares, pero algunas víctimas del formato pueden quedar por el camino. ¿Quién recuerda ya lo que cantaron 'Los trastos' el 23 de enero? Una agrupación que puede ser radicalmente diferente de un pase a otro pues tiene 22 días para mejorar, cambiar y hacer un repertorio distinto. El de ayer, sólo 7.
Afecta a los adultos y destroza a la cantera, pues las agrupaciones juveniles cantaron en semifinales el 11 de enero y regresan a la final el 21 de febrero. A algunos niños les ha dado tiempo hasta de cambiarle la voz y pasar de contralto a segunda. Y que se le quede pequeño el tipo.
Por desgracia, por dolorosa desgracia, hay que hablar de la chirigota negacionista de Katy Balber, 'Abre los ojos'. Aunque sea una ligera mención. Es la prueba palpable y manifiesta de que siempre hay que poner un filtro, un control, aunque sea mínimo. La libertad mal utilizada se corrompe y se deforma, y lo pudre todo como una metástasis. Por ese pestilente conducto se pueden colar esperpentos de toda índole, más en esta sociedad mediática y viral donde muchos ansían sus minutos de gloria y el Carnaval, en directo y para todo el mundo, representa un excelente escaparate. Esto no le hace bien a un arte popular con tantos siglos de historia y tradición. O puerta cerrada, o muchos acabarán cerrando la puerta.
La nariz de Lucas, premio a la originalidad
Por las tablas del Gran Teatro Falla han pasado 133 agrupaciones: 19 coros, 58 comparsas, 51 chirigotas y 5 cuartetos. Por tanto, han sido 38 tangos, 118 pasodobles, 266 cuplés (más por las cupletinas) y 266 estribillos, más 133 popurrís. Una auténtica barbaridad.
El tema estrella ha sido la nariz deforme de Lucas, del dúo musical gaditano Andy y Lucas, que no ha habido noche que no saliera en algún cuplé. En el plano cómico, a cierta distancia le sigue la conducta detestable de Íñigo Errejón, las luces de Navidad en Cádiz (también se ha usado como crítica), las estampas del Carnaval (Gadicards), la falta de acierto de Chris Ramos y los desmanes de Vizcaíno en el Cádz CF, la sobreexplotación de Mirian Peralta como presentadora de Onda Cádiz y del Teatro, la ausencia de Ares por el dolor de cabeza y el regreso de Bienvenido, Donald Trump, y durante el Concurso la alusión a la chirigota negacionista.
En cuanto a las principales preocupaciones de los participantes, reflejadas en sus letras de tango, pasodobles y popurrís, ya sea en sentido de denuncia o crítica, destacan el problema de la vivienda, el turismo y la pérdida de identidad de Cádiz, la pésima actuación de los políticos en la crisis de la Dana de Valencia, la gestión de la sanidad en Andalucía, el desfalco en la cantera después de dos denuncias por apropiación indebida y estafa y el mencionado alumbrado en contraposición con otros proyectos fallidos en la capital gaditana.
Poca crítica al presidente del Gobierno Pedro Sánchez y de pasada temas internacionales como la guerra en Palestina o la llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos.
No se pierde la defensa del tango o el piropo a Cádiz de las propias agrupaciones locales, o a Andalucía de las foráneas, con un repertorio apto para cualquier concurso.
Entre circos y pajarracos
Hay quien dice que ya está todo inventado, y más en el Carnaval. La realidad es que la posibilidad de sorpresa en preliminares se ha reducido a la mínima expresión. Una o dos de 133. En los tipos y las puestas en escena de las agrupaciones la originalidad reside en la forma de tratar un concepto conocido, pero observado desde un distinto prisma. Caso de 'Las ratas', 'La tribu', 'El lado oscuro', 'Ku Klux Klan Klan'... un disfraz reconocido y reconocible pero enfocado desde una perspectiva diferente.
Como tipo original, original, el de los Eugenios de 'Los calaíta', 'Los disléxicos' de Los Villegas, los apartamentos turísticos de Selu y los Sherijuegos del Sheriff, la secta del Bizcocho, los príncipes Disney del Canijo...
De los más sorprendentes, el ascensor de Écija, los guiris voladores del Sofri, las pelusas de polvo de Sevilla, las perras (pesetas) de la comparsa de Alcalá, el coro el grimorio... e incluso han venido disfrazados de Amadeo Llados. La mayoría, chirigotas, a las que se exige más sorpresa que a las otras modalidades, más conservadoras en sus ideas.
Y de lo que se han hartado los aficionados este año es de circos (se incluyen parques temáticos y fantasías similares) y de pajarracos. Qué de payasos y qué de plumas ha tenido este Carnaval.