La alegría de Cádiz: la comparsa de Manolo Cornejo, en estado de gracia, hace feliz al Falla

Comparsa

La alegría de Cádiz

• Autor Manolo Cornejo

Se cernía sobre el estreno de la comparsa de Manolo Cornejo, tercer premio en 2023, una esperanza: que no bajara el listón, porque esto significaría que, por fin, ha llegado un grupo de otra generación distinta a la que sigue dominando capaz de luchar por el máximo premio en la modalidad. Misión cumplida.

'La alegría de Cádiz' ha completado un pase excelso en la fase de preliminares. No languidece la calidad de la pluma de Cornejo, que está en estado de gracia y, tal vez por ello, ha traído al Falla un repertorio vitalista que nos invita, en todo momento, a ser buena gente. «Aunque roto por dentro, me visto de alegría», escuchamos en la presentación.

Su personaje es una alegoría de la personalidad del gaditano, que con las bombas se hace tirabuzones. Optimista y generoso, pone siempre al mal tiempo su mejor cara. Incluso con las cenizas de los que se han ido, pueden plantar un árbol. Para que luego digan que las comparsas te hacen llorar. El grupo, por cierto, tiene tremendo empaque, camina con la precisión de un reloj suizo.

En la primera letra del pasodoble retrocede Cornejo hasta su niñez para el piropo a la ciudad que lo vio nacer. Y si alguien piensa que el año pasado conquistaron a Cádiz con la suerte del principiante, ellos te aseguran que ya la querían de antes.

La infancia vuelve a ser el motivo del prisma que escogen en la segunda letra, dedicada en su primera mitad a las primeras veces hermosas. Después del trío, prodigioso, exhortan a las mujeres que no den segundas oportunidades cuando esa primera vez llega en forma de violencia. Letra muy ovacionada. El autor tiene los mimbres de comparsistas como Tino Tovar, que siempre se decidía por el mejor punto de vista para tratar según qué temas.

La tanda de cuplés, que van recitados, es notable. Que uno recuerde, hasta el momento solo ha estado a su altura 'Pueblejito la Frontera'. Primera letra al alcalde, pero en realidad no saben con quién meterse porque ya no está el Kichi. «Si hubierais votao al tonto de Gran Hermano, ya tendrían el cuplé solucionao». Estribillo sencillito, pero repleto de sensibilidad. Directo, de los que se quedan.

El popurrí redunda en el carácter desprendido, generoso y noble del personaje al que interpretan. A través de las situaciones que encaran diariamente, infiltran las críticas a la promoción de la sanidad privada, la codicia del empresario hostelero... ¿Peca un tanto de moralista? Tal vez, pero habrá que ver si en próximos pases aporta la dosis de trasgresión que, en clave de letras, necesita un mensaje de tan buenas intenciones.