CARNAVAL 2025

La cantera, escuela para adultas/os

Hemos visto una fase de semifinales tanto infantil como juvenil con compromiso en las letras, crítica social, igualdad en la representación de los grupos

Alba Fernández

El concurso va ya caminando a toda velocidad, la maquinaria de las coplas está engrasada y no hay quien la pare, estilo clásico y moderno cabalgan a la vez, pero es de obligado análisis algo que estamos evidenciando en esta semana.

Es habitual escuchar en esta última década que el carnaval está cambiando, que se está adulterando por mor de la repercusión mediática que está adquiriendo. Los repertorios de las agrupaciones se descafeínan en la crítica, no representan a la sociedad actual y lo genuino no es prioritario.

Sin embargo, esa viralización en las redes no afecta a la cantera. Hemos visto una fase de semifinales tanto infantil como juvenil con compromiso en las letras, crítica social, igualdad en la representación de los grupos, no sólo en voces sino también en orquestas y autoría, con frescura, actualidad y originalidad en las letras y los tipos. Entonces, ¿cuál es el problema al «saltar» a la vida adulta?, ¿por qué no encontramos todo esto en un concurso «más maduro»?, ¿qué hace que frene esta pureza, esta verdad, esta originalidad, este compromiso, este avance?

Nacemos con ansia viva de explorar cada sensación que se nos presenta, sin miedo alguno a caernos, a tropezar, a equivocarnos. La conexión entre nuestro sentir y el hacer es de banda ancha e inmediata, el cerebro no determina ninguna decisión. A medida que vamos creciendo, la recompensa asociada a la perfección nos asfixia, provocando un miedo que nos limita el camino. Ese miedo frena a la autoría, ese miedo frena al grupo, ese miedo a no gustar, a no ganar, ese miedo impide mojarse, ese miedo que empobrece el concurso, que no nos permite mostrar lo que de verdad sentimos, sino lo que creemos que debemos mostrar.

Esta paradoja me hace cuestionarme ¿cuál es el verdadero móvil por el que un grupo, un autor, una autora, decide participar en el concurso? Nunca antes, hasta mi inmersión en él, me había parado a preguntarme esto, pero ahora lo hago diariamente. El COAC va evolucionando en función al gusto de 5 personas que casi en ningún caso representan la opinión popular ¿cuántas veces hemos estado de acuerdo con el fallo del jurado? y, si sabemos que el concurso no representa la realidad, ¿por qué los grupos se ven tan necesitados de vender su alma al concurso?, ¿por qué nos autocensuramos?, ¿por fama?, ¿por prestigio?, ¿por salir en un cromo?, ¿por conseguir más actuaciones? Sea por lo que sea, está claro que no es la línea a seguir, pues es vox populi que tenemos un concurso más poblado, pero menos argumentado. Sigamos los pasos de la cantera que, con esa autenticidad, sin temor alguno y esa capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos, representa la realidad de la infancia y la juventud actual y nos ayuda a recordar cada año cual es el verdadero motivo por el que se creó esta fiesta.

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