Agüita tapá: la comparsa joven de El Puerto dibuja una sonrisa en el Falla con un repertorio acaramelado

Comparsa

Agüita tapá

• Autor Miguel Ángel Zampaña y David Ganaza

La joven agrupación de El Puerto de Santa María ha hecho un pase 'blandito': amable y lleno de buenas intenciones, pero algo carente de crítica y tal vez un poco falto de profundidad. Les podría valer, por fin, el pase a cuartos, pues el repertorio está, no obstante, cantado con mucho gusto.

A punto estuvieron el año pasado de colarse en cuartos de final con 'Elemental querido Cádiz'. Miguel Ángel Zampaña y David Ganaza han logrado compactar un grupo que, desde 2020, deja siempre un poso de buenas sensaciones en el teatro. Esta vez son un trasunto de Neptuno, el dios mitológico romano que agita las aguas con su tridente.

El de 'Agüita tapá' es más bien ornamental. Lejos de golpear nada, más bien mece las coplas que suenan en las gargantas afinadas de estos jóvenes que dejan claro, desde su primera letra de pasodoble, que su sello es distinto al de la tradición de las comparsas de El Puerto: Los Majaras, Los gitanos...

La segunda letra ha emocionado al teatro. Pasodoble de amor sincero en el que explican que se sienten como padres sin haber tenido nunca un hijo. La destinataria de la letra no es de sangre pero la quieren tanto.

Cuplés de Dani Albaiceta, hijo de Manolo Albaiceta, Antifaz de Oro de este año. Bastante bueno el de la infanta Leonor, que celebra una fiesta por su jura de bandera. Precioso estribillo: «Qué tendrá tu orillita que hasta el agua se vuelve bendita, me cachi en la mar».

El tirititrán de Espeleta, pero sin base de alegrías para arrancar un popurrí en la línea amable del repertorio. Puede ser el año de los cuartos.