cádiz - zaragoza
La pizarra del Cádiz 0-4 Zaragoza
la liga hypermotion
Cualquier adjetivo negativo serviría para describir un partido desastroso de principio a fin en el que ni por alma se fue capaz de acercarse a un resultado positivo
La crónica del Cádiz - Zaragoza

El Zaragoza se lo explica al Cádiz
Pues aún no se ha enterado el Cádiz CF de que está en Segunda División tras una temporada horrible en Primera. Muchos jugadores aún no son coscientes que gracias a su nefasta campaña están una categoría por debajo en la que la falta de calidad que puede exitir en la división superior se nutre con bemoles y correr más que el contrario.
El Cádiz se plantó ante el Zaragoza como si fuera el favorito de no se qué. Un equipo que viene de sumar treinta y pocos puntos en Primera y que le metieron un set en la última joranda pretendía ganar a un equipo histórico, que lleva años tratando de pelear por subir y que con cuatro cositas bien hechas le bastó para doblegar a un triste rival.
Si Chust, Alcaraz, Álex, Sobrino, Fali, Alejo, Chris y Roger están en su mejor versión pueden ser diferenciales. Si están a un nivel aceptable son jugadores del montón y si ofrecen lo que se vio ante el Zaragoza entonces es que no están ni para jugar ante el filial. El Cádiz fue un pelele en manos del equipo de Víctor Fernández que marcó cuatro que bien pudieron ser seis. Un equipo sin ideas, sin alma y sin un entrenador que fuera capaz de cambiar la dinámica del choque y sobre todo plantear el partido de otra manera. Y un entrenador que será cómplice si finalmente, como parece, no llegan más fichajes a una plantilla cogida con alfileres.
1. Diakité, la novedad
Diakité era la sorpresa, esperada, en el once titular del Cádiz. Más allá de eso más de lo mismo de la pasada temporada, en cuanto a nombres y sobre todo rendimiento. Ya en el minuto uno estuvo a punto de marcar el Zaragoza con una internada por la izquierda que nadie supo parar. Se mascaba la tragedia.
El Cádiz trataba de tener el balón, jugar desde atrás, evitar pelotazos. Los síntomas de Paco López totalmente superados por un Zaragoza que jugaba en largo y que con menos pretensiones hacía mucho más daño. El Cádiz ya daba muestras de que estaba perdido, solo faltaba el fallo y este llegó gracias a un partido horrible de José Antonio Caro. Regaló el primero y dos más, en una de las peores actuaciones de un portero últimamente.
La profundidad de Alejo contrastaba con la de un Rubén Sobrino cuya labor siempre es entrar por el centro. El Cádiz se topaba con un equipo ordenado, que con poquitas cosas era suficiente para tener el choque controlado. Los amarillos trataban de sacar el balón jugado y triangular pero a veces ni el balón asomaba por el área y cuando sí lo hacía quedaba patente que este equipo es endeble arriba.
2. Control sin daño y sin peligro arriba
El Cádiz no hacía daño, no le metía mano al Zaragoza. Alejo buscaba encarar, la internada y pisar línea de fondo pero solo hacía de vez en cuando y sus centros acababan en nada. El cuadro gaditano no tenía nada de mordiente arriba y eso se notaba cada vez que trataba de pisar área.
En el descanso, Paco López metía tres cambios. Chust se iba por problemas físicos, le suplía Glauder, mientras que el entrenador metía a Zaldua por Matos y a Alcaraz por Diakité. El equpo mejoró, gracias a Rubén Alcaraz comenzó a generar juego a la hora de atacar. El entrenador cadista buscaba también más profundidad por la banda derecha con Zaldua, pero realmente todo fue un espejismo. Parecía que había un atisbo de mejora pero el Zaragoza seguía cómodo en el campo. Su 0-2 le permitía estar tranquilo. Dos goles en los que el Cádiz defendió de la peor manera posible y encontró la colaboración del meta cadista.
3. Ocampo agita el árbol
No fue hasta la entrada de Brian Ocampo cuando el partido comenzó a cambiar. Las internadas del uruguayo, tratar de desbordar y sus intentos de tiro eran un quebradero de cabeza para la defensa rival. El Cádiz se acabercaba a un gol del que carecen Roger y Chris Ramos. El gaditano tuvo una clarísima de cabeza que mandó a las nubes.
Los balones a la banda izquierda, el único capaz de generar algo de peligro. Sin embargo al final todo se congertía en un espejismo y llegaban dos goles más del cuadro maño. Un equipo desmoronado que no sabía como triángular y que dejaba muchos espacios atrás que aprovechaba el Zaragoza. Sin seguridad atrás, sin capacidad para generar arriba y al final dejándose goles como rosquillas, cual equipo de Tercera División. El Cádiz no supo atacar pero sobre todo no supo defender y eso en Segunda División es más que clave.
Hay jugadores que demostraron en su día que podían valer incluso para una permanencia en Primera, pero esos mismos también han demostrado que son responsables de un descenso. La realidad dice que esos jugadores están más cerca de lo segundo que lo primero, así que evidentemente el tema es bastante preocupante. A falta de fichajes, que todo apunta no van a llegar, o la plantilla da un paso adelante para el menos no pasar apuros con el descenso o la temporada será muy complicada para todos.