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La pizarra del Cádiz 1-0 Getafe

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La buena primera mitad amarilla solo se traduce en un tanto de penalti, evidenciando los males de un equipo que acaba pidiendo la hora ante su incapacidad de controlar el choque

La crónica del Cádiz 1-0 Getafe

Los jugadores del Cádiz celebran el gol de Alcaraz l.v.

Al milagro le falta mucho juego

Una vez más el Cádiz ofreció un partido en el que quedaron más dudas que certezas sobre el terreno de juego. Cierto es que se consiguió lo más importante, vencer, pero no se logró otra cuestión que puede y debe ayudar en el futuro más próximo, convencer. Y es que este equipo sigue demostrando que está muy justito en todos los sentidos, a saber. Calidad, eficacia, banquillo, sobriedad, capacidad defensiva y ofensiva...en definitiva muchos aspectos que ya, evidentemente, no hay tiempo de corregir.

Con todo el fútbol es tan caprichoso e inesperado que a saber lo que puede pasar en el decisivo choque del Sánchez Pizjuán de este próximo miércoles. Una final en toda regla que el Cádiz debe encarar como hizo ante el Getafe, yendo a por el rival y creando ocasiones. Eso sí, que nadie espere un Cádiz a lo loco, desesperado, revolucionado desde el minuto uno. Mauricio Pellegrino ya ha demostrado por activa y por pasiva que no es esa clase de entrenador, de ahí que este reto, una semana más hay que decirlo, le esté quedando bastante grande.

1. Vuelta al 4-4-2

Porque ante el Getafe era un todo o nada, pero ni por esas el Cádiz fue desde que arrancó el partido a ser un equipo descarado. Pellegrino apostaba de nuevo por los dos delanteros y volver al esquema de siempre, sin embargo solo el paso de los minutos y la inoperancia del rival permitió que el conjunto cadista fuera declinando el ritmo y el choque a su favor. Un equipo quería ganar y el otro pasaba de todo, así que la lógica decía que las ocasiones tenían que ser del conjunto gaditano.

Y así fue como el Cádiz acumulaba llegadas y tiros sin ver puerta. Gran trabajo de Roger y Chris que ganaban todos los duelos, Sobrino trataba en ocasiones de hacer la guerra por su cuenta y Navarro pasaba de comenzar jugando en la izquierda a hacerlo en la derecha. Un claro de penalti de Djené, que lo puso en bandeja, permitió al equipo cadista hacer mínimamente justicia en un marcador que se fue al descanso con un solo gol de ventaja, a pesar de merecer alguno más.

2. Los cambios no funcionan

Sin cambios en la segunda parte por el lado cadista, que sí en el Getafe, Bordalás leyó la carta a los suyos dejando claro que había que dar la cara. Y tanto que la dio que Greenwood se echó el equipo a la espalda para que Zaldua y luego Iza soñaran con él toda la noche. La calidad del británico era un quebradero de cabeza para un equipo que se partía en dos, la defensa no encontraba el centro del campo y viceversa.

El Getafe comenzaba más fuerte la segunda parte gracias también a los cambios que hacía Bordalás metiendo más mordiente arriba con jugadores como Latasa, y futbolistas de calidad como Alderete. El signo del partido cambiaba ante la inoeperancia, un día más, de un Mauricio Pellegrino al que parece le tiene que tocar la lotería para mover el banquillo.

3. ¡Árbitro, la hora!

Los minutos pasaban y el Cádiz trataba de defender y tener alguna arriba. No era un acoso visitante pero la pelota era totalmente del cuadro azulón, poco le duraba al conjunto cadista que al fín veía relevos, más por los problemas físicos que otra cosa. Los cambios empeoraron al equipo pues Chris y Roger, sobre todo el primero, estaban deando mucho desaogo arriba con balones en largo, cosas que Juanmi y Maxi no lograron en ningún momento. Iza suplía a Zaldua, y con los relevos el Cádiz comenzaba a sufrir de verdad.

Llegadas a la frontal, algún tiro salvado por Conan y Greenwood que seguía poniendo el miedo a la defensa cadista. Chust y Fali salvaban los muebles en más de una ocasión demostrando que estaban a buen nivel.

Alejo y Pires eran los últimos cambios para dar al equipo más trabajo. El vallisoletano lo da y saber jugar ese tipo de minutos, mientras que el brasileño, doblando lateral en la izquierda le sigue costando. El Cádiz acababa prácticamente con cinco defensas, metiendo a Javi Hernández de central. El acoso visitante se daba aunque las parabas de Conan evitaban un mal mayor para un Cádiz que acabó muy cansado y pidiendo la hora.

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