Cádiz CF
Un nuevo cartucho
Se necesitaba un aire fresco y ha llegado, con lo que la bala del cambio de entrenador ya se ha consumido
Un cambio obligado
Gaizka Garitano, nuevo entrenador del Cádiz CF
A falta de tres jornadas para terminar la primera vuelta, el Cádiz CF ocupa uno de los puestos de descenso. Ni el más pesimista de los más conspicuos agoreros hubiera vaticinado tan ínfimo nivel de rendimiento de una plantilla tan numerosa como desequilibrada y tan sobrevalorada como periclitada, al mismo tiempo.
El último encuentro frente al Elche no supuso más que la enésima confirmación de la impotencia de un equipo para sacar un partido adelante, a pesar de contar desde muy pronto con ventaja en el marcador y encontrar claras opciones de contragolpe en la primera mitad, que fueron clamorosamente desaprovechadas.
Después, sobrevino lo que ya es habitual al iniciarse los segundos tiempos: el derrumbe generalizado, el incomprensible bajón físico, la incapacidad para mover el balón y el quedar a expensas del acierto del rival en sus múltiples llegadas a nuestra área.
Cierto es que, en este caso, jugar con un hombre menos intensificó todas estas circunstancias, pero tampoco puede explicar el total atrincheramiento bajo la portería y la renuncia absoluta a salir con el balón, cuando tantos minutos aún restaban de partido.
Nuevos puntos que se escapan y nuevo entrenador que viene, el cuarto de este fatídico 2024 para el cadismo. Ni Sergio González en su última etapa, ni Pellegrino, ni ahora Paco López han sido capaces de extraer fruto de un plantel, que mucho tiempo atrás tendría que haberse renovado.
Gaizka Garitano asume las riendas de un vestuario que tiene asumido el rol de perdedor y que tiene sumida a su afición en una situación de confusión y abatimiento, de sopor y de hartazgo, haíta ya de tantas derrotas y decepciones. No lo va a tener fácil. Hay que sumar 50puntos, y la empresa no será nada sencilla en esta igualadísima e imprevisible Segunda División.
De momento, los números que arroja el equipo nos arrastran directamente a un nuevo descenso de categoría. Y eso hay que evitarlo a toda costa. Se necesitaba un aire fresco y ha llegado, con lo que el cartucho del cambio de entrenador ya se ha consumido. Confiemos en la mejoría.
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