Cádiz CF
Decidir con acierto
Muy fino hay que hilar en la decisión de elegir con tino tanto a los que se queden como a los que han de venir
Consummatum est
Ganar y ganar
Superado ya el obligado periodo de luto tras consumarse el descenso y clausurar la temporada con ese inesperado broche catafalco de la bochornosa goleada en Almería, poco a poco vamos emergiendo del estado de estupefacción que nos envolvía y ya se atisba un horizonte con renovadas expectativas. Y éstas habrán de verificarse en una Segunda División tremendamente competitiva, igualada y repleta de rivales cargados de aspiraciones, en la que abundan equipos históricos que hace años se enredaron en la traicionera madeja que supone la categoría.
Para afrontar esta nueva etapa ya se ha dado el paso obligado de firmar a un entrenador, de cuya concepción del fútbol y de su pretendida forma de desplegar el juego habrá de depender la confección general de la plantilla. Que sobre una base de jugadores que permanecerán en el club, quedará completada con un número considerable de nuevas incorporaciones. Y muy fino hay que hilar en la decisión de elegir con acierto tanto a los que se queden como a los que han de venir.
En el primer apartado no se podrá olvidar que en la reciente campaña el rendimiento del equipo se ha visto seriamente lastrado por una sucesión inopinada de lesiones de larga duración, que no sólo restó al plantel de elementos fundamentales, sino que, una vez recuperados, esos jugadores nunca llegaron a alcanzar en este curso el ritmo ni el nivel de ellos esperados.
Y en este sentido se piensa en dos hombres cuyo rendimiento siempre quedó muy alejado de iniciales expectativas, como fueron Brian Ocampo y Kouamé. El primero porque nunca recuperó la forma con la que deslumbrara la temporada anterior y el segundo porque una inoportuna lesión truncó de manera brusca la meteórica ascensión en sus prestaciones de fluido y vertical centrocampista. Pero ambos serían muy necesarios para el nuevo Cádiz CF de la división de plata, en la que estarían llamados a marcar esa diferencia de calidad, que tan necesaria se antoja para erigirse en equipo con aspiraciones.
Que las recientes sombras padecidas no apaguen el valor de lo que tenemos.
