Espanyol - Cádiz

La pizarra del Espanyol 2-0 Cádiz

Los amarillos se muestran incapaces de poner en aprietos a un rival que con muy poco y la calidad arriba se lleva el partido

Espino en una acción del partido LA VOZ

Rubén López

Impotencia e inocencia

El partido del Cádiz CF ante el Espanyol fue una muestra más de que el equipo amarillo no carbura. El nivel de determinados jugadores sigue estando lejos de lo que se les ha visto, y de los nuevos, salvo Alarcón y Haroyan, el resto poco o nada está aportando hasta el momento. Un Cádiz que sin hacer un partido malo, vio como el rival con muy poquito se llevaba el partido , los tres puntos, la sensación de superioridad y el toque a la moral cadista. Un conjunto que deja debilitado a un Cádiz que debe resetearse cuanto antes.

Porque el Cádiz y su entrenador, Álvaro Cervera, saben cómo encontrar el camino de la victoria. No está tan lejos si equipo recupera su identidad , empezando por defender un córner en condiciones y no regalándolo en el último segundo de la primera parte. Seguido de ser más compacto y tener una capacidad ofensiva que se le vio la pasada temporada con menos armas. No es normal el poco o nulo daño que este equipo hace en el área rival. Se muestra como un conjunto inocente que da dosis de una impotencia abismal.

Y todo ello sabiendo que Cervera lo intentó y puso lo mejor que tenía en el campo. Saliendo con un 4-1-4-1 el equipo amarillo empezó bien, robando y llegando al área pero sin crear peligro. El Espanyol con muy poco y un RDT fuera de todo nivel ponía en aprietos a Conan Ledesma. La segunda parte dejó un Cádiz volviendo al 4-4-2, más ofensivo pero con el mismo daño arriba que el pescado en blanco al estómago. Nada.

El equipo tiene que reconducir la situación desde la calma y la tranquilidad, y sobre todo desde la creencia del estilo . Sería un error brutal volverse locos precisamente en este momento.

1. El mejor once posible

Álex y Negredo eran los dos ausencias más destacadas del once titular de Álvaro Cervera. Podrían estar en el once, sí, y también en el banquillo viendo que jugadores como Sobrino y Choco estaban en el verde. Cuestión de interpretaciones o gustos pero el once que sacaba el técnico era casi lo mejor que tenía en la convocatoria.

Con Sobrino en la izquierda y Choco arriba, el Cádiz robaba gracias al trivote formado por Fali, Jonsson y Alarcón. El danés salía siempre a la salida de balón del Espanyol y por momentos conseguía recuperar balones que generaba inquietud, que no peligro, en el área de Diego López. Esa era la principal diferencia entre uno y otro equipo, el Cádiz pisaba área y nada, el Espanyol hacía lo mismo y el balón acababa con una parada de Conan o en el palo, como hizo RDT con un disparo desde su casa.

El Cádiz cerraba bien la salida de balón de Darder y por momentos maniataba al Español. Las miradas puestas en un jugador capital para el equipo de Vicente Moreno.

2. Gol regalado

Y si haces poco daño arriba, lo que no puedes es conceder atrás. La incapacidad ofensiva del Cádiz se sumó a la debilidad en un saque de esquina que se regaló y un gol que se defendió horriblemente mal. Regla no escrita en el fútbol, dos toques en el área es gol, y así fue. Antes de ello, el Cádiz tenía movilidad con Sobrino y Choco Lozano pero las ocasiones no llegaban. Alarcón ofrecía buenos movimientos con cambios de orientación y haciendo gala de su buen toque de balón.

Con todo, el tanto de Raúl de Tomás era un golpe en lo anímico pues empezaba a poner el partido muy cuesta arriba para el Cádiz . De hecho se podría decir que para los amarillos el encuentro comenzó a perderse en ese momento. A este equipo la capacidad de reacción le cuesta una barbaridad.

Con los mismos onces en la segunda parte, solo Alarcón y Jonsson cambiaban sus posiciones pero pronto Cervera movía el banquillo quitando a Salvi y Fali por Álvaro Jiménez y Perea. Cervera metía al manchego en la izquierda, Sobrino se iba a la media punta y Álvaro en la derecha. El equipo jugaba con el 4-4-2 con Jonsson y Alarcón en el doble pivote.

3. Sin reacción

Los movimientos de Álvaro Cervera en el banquillo no terminaban de dar efecto. Álvaro Jiménez sigue demostrando el porqué de su suplencia y el porqué de la distancia de nivel que tiene con su compañero Salvi en la banda derecha. Si es cierto que por momentos Perea intentaba echarse el equipo a la espalda pero no terminaba de encontrar la profundidad que requería el partido.

El segundo tanto local terminaba de sentenciar un partido en el que también apareció la mala suerte para los cadistas tras el toque de Chust en el gol. Cervera terminaba de meter toda la artillería con Álex, Negredo y Calderón, éste último fue el que más ofreció desde el banquillo.

El Cádiz jugaba con un equipo ofensivo con Álex y Calderón en el centro del campo, Perea y Álvaro en las bandas con Sobrino y Negredo arriba. Dos ocasiones generó el Cádiz y llegaron en la cabeza del vallecano y en un disparo de Jiménez. Poco más.

Una sensación en toda la segunda parte de impotencia e incapacidad de un equipo que sigue lejos de su mejor versión. Toca remar, tener calma y confianza en Álvaro Cervera y su trabajo . No hay más.

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