Celta - Cádiz

La pizarra del Celta 3-0 Cádiz

Sergio plantea un partido físico de presión alta y robo, pero solo le vale para la primera parte. En la segunda, la calidad del Celta y la inoperancia cadista marcan una nueva tragedia

Aspas y Luis Hernández LA VOZ

Rubén López

La calidad se paga

Y tanto que la calidad se paga, que se lo digan a cualquier equipo de Primera División que sabe lo necesario para tener gol en su equipo o esos jugadores diferenciales que te puedan ganar un partido. El Cádiz, por tercer verano consecutivo, ha dado carpetazo al mercado con incorporaciones que son incógnitas y que no suben el nivel del equipo. ¿Milagro? Habrá que agarrarse a él.

Y eso que la primera parte en Balaidos ha sido lo mejor del equipo de Sergio esta temporada. Presión alta, robo e intentar hacer daño al Celta. Las dos cosas primeras, perfectas. Lo de hacer daño es harina de otro costal porque este equipo es pescaito en blanco. No genera una ocasión clara a nadie y eso que por momentos fue mejor que el Celta en su estadio.

Los amarillos aguantaron la primera parte hasta que el primer golpe les tumbó en la lona. El gol de Aspas fue la sentenica y eso que quedaba casi toda la segunda parte, pero este Cádiz ahora mismo no le marca a nadie, y lo que es peor, da la sensación que sigue a años luz de sumar un solo punto.

1. Buscar fortaleza defensiva

Sergio volvía a mover el árbol un partido más buscando soluciones. Un 4-1-4-1 para tener mayor solidez en el equipo con Fede San Emeterio haciendo de ancla y dos pivotes por delante que salían a la presión: Alarcón y Blanco. Debut de Ocampo en la banda y Alejo en la otra con Lozano arriba.

El Cádiz salía bien al partido con actitud y poco a poco siendo mejor que su rival. Los de Sergio robaban balones gracias a la presión de los dos pivotes que incluso ponían en aprietos a la zaga local. Sin embargo, la inocencia arriba impedía que el Cádiz pudiera meter en aprietos al Celta. Mucho robo pero eficacia inexistente. Lo que tiene la carencia de calidad en Primera División.

2. Un gol y para casa

Con la sensación de que el Cádiz estaba creciendo en el partido llegaba el descanso. El conjunto cadista había progresado en el partido pero ello solo le había valido para frenar a su rival, pero no para atacar y tener ocasiones.

Coudet metía al recién fichado Larsen y la entrada del delantero cambiaba el partido. Un fallo en la salida de Espino, otro más, permitía la carrera de Aspas que sin oposición encontraba la ayuda involuntaria de Luis Hernández para hacer el resto. Y ahí, prácticamente se acababa el partido para los amarillos.

3 Fuera de combate

Esperando los cambios, llegaba el segundo. Una gran triangulación celeste permitía ampliar la ventaba ante un Cádiz contemplativo. A eso que entraban jugadores como Álex, Sobrino y el debutante Bongoda, de cara a cambiar en parte las bandas y los jugadores de arriba.

Sin embargo, por más que Sergio metiera hombres el partido estaba más que sentenciado. Fran Beltrán y las internadas de Aspas mataban a un Cádiz sin argumentos, sin ideas, sin capacidad y sin calidad para meter en un mínimo de aprietos a nadie. Ahora mismo, y duele mucho decirlo, el Cádiz es un chollo para cualquier equipo de Primera División. Da igual cuando le marques, el equipo de Sergio es incapaz de reaccionar.

Todo con la sensación de que a este equipo le faltan muchos argumentos de todo tipo para competir , hoy por hoy, en Primera División. Estos jugadores pueden subir el nivel, cierto, pero no sabemos si dará para salvarse esta temporada, teniendo en cuenta que en la pasada campaña lo hicieron sobre la bocina.

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