Celta - Cádiz

La pizarra del Celta 1-2 Cádiz

Excelsa primera parte amarilla con un once revolucionario y valiente de Cervera que encuentra sus frutos para terminar sufriendo en la recta final del choque ante la falta de contragolpes al rival

Espino celebra su gol con Alarcón L.V.

Rubén López

Hay que creer

Es muy cierto que cualquier victoria sabe mucho mejor si lo logras sufirendo de lo lindo y peleando hasta el último minuto. Más aún si en el último segundo del partido el rival tiene un remate al larguero que es además uno más, pues minutos antes hubo otro disparo a la madera.

Todo eso tiene la lectura del sufrimiento si finalmente se consigue la victoria, como así fue, pero también de la crítica, pues el Cádiz no consiguió en la segunda parte generar ese peligro arriba con las contras para que el Celta pudiera sufrir atrás o para, quizás lo más importante, estar más tranquilo en el partido y tenerlo más controlado.

Más allá de esa segunda parte, el encuentro lo comenzó ganando el Cádiz en el primer acto. Unos inicios excelsos del equipo amarillo con un once titular muy novedo y sobre todo valiente por parte de Álvaro Cervera . Tras dos partidos con malas sensaciones, el entrenador optó por darle la titularidad a un chico de 17 años y de la cantera. Para que luego digan que no se apuesta por la cantera. Para que luego digan que Cervera no modifica los partidos con los cambios y para que luego digan que este entrenador no es valiente.

Pues todo eso reunió Cervera en un equipo titular con hasta cinco cambios que le dio el resultado esperado. El Cádiz ahogó al rival en la primera parte y tuvo presencia en el área. Llegó un gol a balón parado y en una contra, uno de los mejores del equipo, se inventó un penalti que acabó con el segundo tanto.

En el debe amarillo esa segunda mitad en la que le faltó más presencia ofensiva para matar el partido. Queda aún para mejorar pero no se le puede quitar el enorme mérito a este de equipo de ganar a rivales como el vigués, hecho para jugar en Europa y con jugadores ofensivos de primer nivel. El trabajo amarillo sigue dando sus frutos.

1. Revolución en el once

Álex y Negredo se caían del once titular del Cádiz para dar entrada a jugadores como el chiclanero Bastida, por ejemplo, y el regreso de otros como Alarcón y Haroyan. Cervera disponía el equipo con un 4-1-4-1 con Fali de anclaje entre el centro del campo y la defensa. Por delante, Alarcón y Bastida aunque por momentos la presión la turnaban el chiclanero y el propio Fali.

Sobrino jugaba de inicio en ataque aunque por momentos cambió su posición con Choco Lozano en la izquierda. El Cádiz se plantó bien en Balaidos, siendo sólido atrás y ganando los duelos individuales. Se veía un Cádiz distinto, mucho más metido y creciendo poco a poco en el encuentro. Los goles amarillos estaban al caer a poco que se acertara en alguna de las jugadas ofensivas amarillas.

2. Choco se come al Celta

Choco Lozano se eregía como el líder de un Cádiz que encontraba la recompensa a su buena primera parte con dos goles. Uno a balón parado y el otro con un penalti que solo el hondureño se podía inventar ante la ingenuidad de Fontán. El Cádiz se adueñaba del partido, no solo en el juego, sino también en el marcador . De un plumazo revertía las sensaciones negativas de partidos anteriores.

En la segunda parte, el Celta lo ponía todo en el campo con jugadores como Nolito. El sanluqueño caía a línea de tres cuartos junto a Brais Méndez, otro internacional, para poner balones colgados a los rematadores en el área. Santi Mina era el jugador más peligroso ante el mal estado de forma de Aspas, al que el Cádiz dejó neutralizado.

3. Excesivo sufrimiento

Santi Mina acortaba distancias para el Celta y el Cádiz empezaba a sufrir de lo lindo. Con balones colgados desde las bandas el equipo vigués creaba un peligro tremendo. El Cádiz defendía bien en la frontal pero en esas jugadas no terminaba de estar fino.

Arzamendia entraba por un tocado Lozano, mientras que Álex, Jonsson y Osmajic hacían lo propio por Bastida, Fali y Sobrino. El Cádiz jugaba con un 4-4-2 y alternaba con el 4-1-4-1 en el que Salvi, se iría casi al final por Negredo, jugaba en derecha, el paraguayo Arzamendia en izquierda. Jonsson y Alarcón formaban el doble pivote , aunque el chileno restrasaba algo su posición. Álex jugaba muy cerca de ambos con Osmajic arriba.

El Cádiz era incapaz de dar dos pases seguidos, al igual que Osmajic tampoco conseguía mantener un balón arriba para dar respiro al equipo. Los amarillos solo tuvieron un amago de contra que acabó con falta en ataque. El principal debe de este equipo son situaciones como estas de la segunda parte. No puedes estar siempre defendiendo sin llegar al área contraria porque en cualquier situación el rival te puede dar un susto como así paso. Hasta Cervera lo decía: "Estos partidos lo pueden empatar e incluso ganar los rivales si tienen tiempo".

Queda mejorar, eso no hay duda, pero como dice el tópico desde la victoria se hace mejor. Una semana más, tranquilidad y confianza en este equipo y este entrenador. Memoria, por favor .

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