Cádiz - Valencia
La pizarra del Cádiz 0-0 Valencia
Con una intensidad defensiva de alto nivel, los amarillos solo pueden sumar un punto en una demostración de pundonor y superación ante las adversidad y la falta de capacidad ofensiva
Cervera no negocia la lucha
Para derribar a este Cádiz hay que romper mucha piedra de la muralla si ésta se mantiene inquebrantable, como pasa en la mayoría de ocasiones. Un equipo que vive de la entrega, la lucha y la pelea, y de unos valores que su entrenador, Álvaro Cervera, se encargó de recordar una vez más dejando en las grada a los que pensaron por un momento que la lucha si se negocia. Mensaje claro, en este equipo la piña entre cuerpo técnico y jugadores tiene que ser una para conseguir el objetivo y los que no lo creen que se bajen ya del barco.
El escudo y los valores del Cádiz CF los representaba un Álvaro Cervera que dejaba claro que el equipo no se toca.
Con esas circunstancias y ante un rival que parece otro respecto a la temporada pasada, el Cádiz volvió a demostrar que su nivel de resiliencia es tan alto que ni un Valencia es capaz de sobrepasarlo. El equipo recuperó su mejor nivel defensivo y a partir de ahí sabe que como mínimo puede tener asegurado el empate. Solo le falta dar ese pasito ofensivo para pisar más el área rival y tener esas dos o tres ocasiones que le pueden permitir aspirar a la victoria.
Partiendo de ahí el Cádiz ya tiene algo ganado, pero debe recuperar esa capacidad de contragolpe que le acerque algo más a una victoria que, no se confundan, no está tan lejos. Lo único lejano del triunfo puede ser la duda y la desconfianza en una idea de juego que ha llevado al Cádiz a la gloria , de la mano de su entrenador.
1. Once competitivo, banquillo de circunstancias
Los que decidieron 'celebrar' la derrota en Vallecas se fueron a la grada a ver como sus compañeros se dejaban el alma por conseguir una victoria. Y con esas, el Cádiz presentaba un once titular bastante aceptable y un banquillo, eso sí, de circunstancias.
Con los regresos de Álex, Negredo y sobre todo el de Fali, los amarillos se posicionaban bien en el campo desde el primer minuto. Osmajic jugaba en banda izquierda peleando muchos balones pero sin la suerte de quedarse con alguno de ellos para crear peligro. El Valencia se iba metiendo poco a poco en el partido con la batuta de Wass y el peligro de Guedes arriba. El nivel defensivo del Cádiz durante todo el partido fue tal que el portugés no tuvo apenas peligro y Marcos André, una de las novedades ché, estuvo lejos del gol. La primera parte dejaba un partido de muy pocas ocasiones y con la sensación de que estaba donde el Cádiz quería.
2. Canteranos al poder
Con el empate a cero al descanso y alguna llegada del Valencia, el Cádiz seguía manteniendo a raya al rival pero no terminaba de dar esos dos o tres pases que le permitieran acercarse al área contraria. F ali y Espino se erigían como los líderes de un equipo que mantenía un nivel muy alto a la hora de destruir .
El Cádiz intentaba salir pero cada vez que robaba los pases en largo no eran prolongados o no encontraban la oportunidad de continuar la jugada. De nuevo Cervera cambiaba a Negredo al cuarto de hora de la segunda parte, dando entrada al canterano Pedro Benito . La movilidad del chaval y su pelea eran las alternativas que el técnico ponía en el campo, viendo lo que había en el banquillo.
La inesperada convocatoria de Alejo hacía que el vallisoletano entrara en el campo por Osmajic, minutos antes de la entrada de Chapela y Calderón por Álex y Jonsson. Dos canteranos amarillos a jugar buena parte de la segunda mitad.
3. Mejor empatar a perder
El Cádiz jugaba los últimos 20 minutos del partido con Calderón y Alarcón en el centro del campo, Chapela en la derecha, Alejo en la izquierda, con Benito y Salvi en punta. Un 4-4-2 en el que el trabajo por bandas seguía siendo fundamental pero en el que Chapelo y Alejo apenas lograban desequilibrar.
El Valencia apretaba y generaba sus mejores ocasiones, ojo, lanzamientos lejanos desde fuera del área en el que Conan salvaba por varias veces a los amarillos. Solo alguna internada por banda generaba un peligro real. Cala era el último cambio por un Fali, de nuevo excelso, pero que se fue tocado del campo.
El Cádiz se aferraba al empate como mal menor en un partido repleto de adversidades y en el que el punto sabía a gloria por el rival y por la merma de los ausentes. Éstos fueron los que condicionaron a su equipo y al club, los que vieron como sus compañeros rayaban a un nivel de esfuerzo impecable para sumar un punto valioso.
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