Cádiz CF - Real Sociedad

La pizarra del Cádiz 0-1 Real Sociedad

Los amarillos se muestran incapaces e impotentes ante un rival que muestra su superioridad desde el comienzo del partido

Jairo rodeado de rivales ante la Real Sociedad F.J,

Rubén López

Si no se puede, no se puede

La cara de Álvaro Cervera , un poema. Su análisis, desolador. Pero es que ante la Real Sociedad, no hubo más cera que la que ardía. El Cádiz no tuvo ni un atisbo de opción de poder empatar siquiera al líder de Primera División. El equipo amarillo fue un juguete en manos de un niño llamado a ser hombre esta temporada. La Real demostró que hay equipos que están ahora mismo a años luz del conjunto cadista, y por desgracia equipos como el donostierra no son únicos en Primera.

Cierto es que el Cádiz ha demostrado capacidad competitiva en la mayoría de partidos de esta temporada, pero ante el equipo de Imanol se vio a un conjunto impotente, falto de recursos e incapaz de tirar a puerta. Sin olvidar bajas muy importantes en el equipo amarillo, hay que mentalizarse que la temporada será bonita, sí, pero también muy complicada de cara a conseguir la permanencia. Por supuesto que es posible lograrlo, pero habrá que remar como buenos troyanos.

1. Un once muy condicionado

Cervera sacaba un equipo titular muy limitado por las ausencias de jugadores claves como Negredo, Lozano, José Mari y Cala. Mayormente el entrenador ponía en liza lo mejor que tenía con Malbasic en punta, Garrido en el centro, Jairo a una banda y los regresos de Mauro e Iza. Las bajas hacían que el entrenador volviera a su habital 4-2-3-1.

Desde un primer momento se cumplió el guión previsto en el partido. La Real tenía todo el dominio del partido, primero con el balón y poco a poco con las llegadas al área. Sabiendo que al Cádiz no le importa que le quiten la pelota, el problema venía con las llegadas del cuadro de Imanol que con los minutos iban a más.

Cervera, que tenía bien estudiado al cuadro vasco, mandaba a Salvi y Jairo a tapar la salida de balón del rival para intentar frenar esa libertad con la salida de pelota. El balón seguía llegando muy limpio a jugadores como Merino y Silva que hacían estragos en un Cádiz que era incapaz de robar en el centro del campo.

Los amarillos solo robaban en su propia área y desde ahí era casi una quimera pasar el centro del campo pues la Real rápidamente ahogaba a los amarillos que se encomendaban a lanzar melones a Malbasic.

2. El empate, lo mejor al descanso

La Real Sociedad había rozado el gol antes del tiempo de descanso, sin embargo el Cádiz lograba el premio grande de irse con el empate al tiempo de asueto. Los amarillos se encomendaban a la defensa, como siempre, pero sin ser capaces de atacar desde ese trabajo, clave en el esquema del entrenador amarillo.

Cervera movía el banquillo y metía para la segunda parte a Álvaro Giménez por un Garrido condicionado por la amarilla. De esta manera, el entrenador volvía a un 4-4-2 que no duró en exceso pues poco después Malbasic salía del campo para que entrara Alejo, al igual que Akapo que hacía lo propio con Iza. Por entonces, el Cádiz jugaba con Álex y Jonsson en el centro, Alejo en la derecha, Jairo en la izquierda, y Salvi y Giménez arriba.

Pero ni por esas cambió el guión del partido. A los pocos minutos Isak hacía justicia y ponía por delante a la Real que desde entonces se dedicó a administrar una ventaja que nunca corrió peligro.

3. Perea pone luz en un túnel dirigido a la derrota

Por momentos el Cádiz frenaba el dominio visitante y se igualaba el partido, aunque los amarillos no lograban lanzar un disparo entre los tres palos en un partido en el que Remiro fue un espectador más. Cervera gastaba los cartuchos y metía a Perea y Bodiger por Jonsson y Salvi. El Cádiz acababa con Álex y Bodiger en el centro, Alejo y Perea en bandas, con Jairo y Giménez arriba.

Solo la presencia del jugador manchego del Cádiz daba algo de luz pues su calidad la dejaba patente con desbordes que al menos permitían que el balón llegara al área de la Real . Una pequeña luz en un túnel muy oscuro encaminado a la derrota. Solo el marcador corto permitió tener esperanzas pero sin tirar a puerta es imposible.

Un partido para poner los pies en el suelo pero no para dramatizar. El Cádiz tiene más argumentos de los que parece pero sin olvidar nunca que el objetivo no va a ser nada fácil.

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