Cádiz - Real Madrid
La pizarra del Cádiz 1-1 Real Madrid
Los amarillos lo ponen todo en el campo pero su alarmante falta de puntería les merma ante un campeón de Liga que solo aprieta de verdad en la recta final del encuentro
Más es imposible
¿Qué más puede hacer el Cádiz para ganar al Real Madrid? ¿Qué más puede ofrecer el equipo cadista para sobreponerse a un campeón de Liga que, aunque jugó con un centro del campo titular, solo apretó de verdad en la recta final del partido? Está claro que viendo el partido del cuadro de Sergio lo único que de verdad faltó en el encuentro fue la puntería.
El Cádiz las tuvo de mil colores, pero una veces la precipitación, otras los fallos y el acierto de Lunin hicieron que el equipo cadista no pudiera marcar más de un gol. Los de Sergio plantearon un partido valiente, al ataque, pero vieron como con el tanto inicial de Mariano defender también era muy importante para que el cuadro blanco no se sintiera cómodo a la hora de generar contragolpes. El Cádiz lo tuvo todo, con un despliegue físico sin precedentes, para ganar pero al final murió antes de llegar a la orilla.
1. Intensidad a por todas
Sergio metía un once titular más ofensivo no lo hay. Con Alcaraz y Álex en el centro del campo, y cuatro jugadores muy ofensivos arriba. Sobrino e Idrissi en las bandas, con Lucas y Negredo arriba. Potencial ofensivo para un Cádiz que mentalmente salió muy fuerte pero que vio como a poco de comenzar Rodrygo tenía autopista libre a la portería de Conan y Mariano hacía el primero. La intensidad, esa premisa fundamental para partidos como el de este domingo, brillaba por su ausencia en el gol .
Sin embargo, el Cádiz se repuso. Digno de estuvio la resistencia mental del equipo de Sergio. Encontraba espacios a la espalda de Kross y Casemiro, con Alcaraz y Álex trabajando mucho en el medio y filtrando balones a las bandas y a un Lucas Pérez que fue clave en el enganche.
Con esa reacción y capacidad, el Cádiz encontraba el empate tras varias ocasiones claras. Sobrino hacía el 1-1 para poner un mínimo de justicia en el marcador. Los amarillos encontraban huecos en la defensa del Madrid, lejos de la intensidad de otros partidos del equipo de Ancelotti.
2. Las bandas, arma cadista
El Cádiz seguía buscando las bandas. Por un lado tenía a Idrissi a la hora de desbordar (casi siempre erraba en la última decisión antes del pase) y a Sobrino, con más movilidad pero menos desborde hasta línea de fondo. Con el descanso, la sensación era que el Cádiz había pasado lo peor y se había repuesto del tanto inicial blanco.
La segunda parte era una comienzo más tranquilo de los amarillos. Eran conscientes que no podían irse a lo loco al ataque porque el Madrid podía encontrar huecos en la defensa amarilla. Por eso, los ataques del Cádiz eran más ordenados hasta que el Madrid debaja espacios por detrás de sus centrocampistas.
En uno de ellos, Negredo era derribado para encontrar el primer penalti de la segunda vuelta hasta que Lunin acabó con el sueño cadista . La pena máxima era un jarro de agua fría para los amarillos.
3. Solo tres cambios
Con las noticias de que el Mallorca empataba con el Rayo Vallecano, el Cádiz lo seguía intentando. Sergio metía a José Mari por Álex Fernández para dar oxígeno, mientras que Iza hacía lo propio para relevar a un Akapo lesionado por la patada de Hazard.
El Cádiz empezaba a sufrir por el enorme cansancio y el despligue físico durante todo el partido. En ese momento, el Madrid encontraba muchos huecos en el campo amarillo. Asensio y Ceballos hacían estragos y el Cádiz veía como el empate podía peligrar. Sergio metía un cambio más quitando a Idrissi por Choco Lozano, dejando dos cambios sin hacer.
El final del partido era un empuje amarillo con más corazón que otra cosa sin que la justa recompensa de la victoria terminara de llegar.