Cádiz - Barcelona

La pizarra del Cádiz 2-1 Barcelona

Nueva lección de Álvaro Cervera que mueve el partido y maneja los tiempos de un partido que sabe llevarse a su terreno, otra vez más

El VÍDEO resumen de la victoria del Cádiz ante el Barcelona

Los jugadores del Cádiz celebran un gol ante el Barcelona F.J.

Rubén López

El cerverismo no tiene límites

"El techo del Cádiz es lograr la salvación". Los límites en puntuación los pone Álvaro Cervera y también seguramente en sensatez. Este Cádiz aspira a lo que aspira, por más que haya sido capaz de ganar a Real Madrid y Barcelona en la misma temporada.

En puntos tendrá límites pero en fe y en coraje parece que no. Sobre todo gracias a un estilo que sigue rompiendo tópicos, como la maldita posesión, y destrozando connotaciones negativas, como la de la posesión. Este Cádiz cree en el dogma de su entrenador, cree en el cerverismo, esa fe inquebtrantable que se basa en trabajar, pelear y luchar hasta el último segundo.

Ante el Barcelona, los amarillos sabían que había que aguantar, hacer un partido largo, defender muy bien y aprovechar las que se tuvieran arriba. Dicho y hecho. Tres puntos para dar un paso de gigante de cara a la salvación.

1. Un delantero y cuatro centrocampistas

Cervera cambiaba en parte el sistema volviendo a jugar con un solo delantero y con Jonsson, Álex y Bodiger en el medio. El danés más retrasado por lo que el dibujo era más un 4-1-4-1. El trabajo de los tres centrocampistas se antojaba clave de cara a saber defender la posesión del Barça.

Perea jugaba en su lugar natural, la izquierda, mientras que Jairo se sacrificaba jugando en banda derecha pero precavido a las internadas de Coutinho y de Dembelé en la segunda mitad.

El guión del partido no podía comenzar mejor. Un tanto amarillo ponía los nervios en un Barcelona que dominaba pero creaba peligro en contadas ocasiones. Las buenas intervenciones de Conal y sobre todo la nula dedeseperación del Cádiz. Los amarillos defendían y defendían sin descomponerse. Trabajo y más trabajo.

2. Guión sin páginas en blanco

El descanso dejaba a un Cádiz que solo había sufrido el contratiempo de la lesión de Marcos Mauro con la entrada posterior de Alcalá. El marcador era favorable a los amarillos y los que tenían que mover ficha eran los culés.

El Barcelona metía más leña con jugadores como Pedri o Dembelé pero apenas fueron capaces de superar el entramado defensivo cadista. " Hemos ganado defendiendo bien ". La máxima de Cervera se seguía cumpliendo a pesar de que el Cádiz no podía robar y contragolear como le gusta a su entrenador.

Sin embargo, la enorme posesión culé en la frontal encontró un hueco con un mal despeje de Alcalá que acabó en gol. El empate echaba por tierra el trabajo amarillo y parecía que el partido se ponía en bandeja para el conjunto blaugrana.

3. La suerte hay que buscarla

Cuando peor parecía que podía estar el partido para el Cádiz, más aún tras un par de contras amarillas mal ejecutadas, llegaba el gol de la victoria. Negredo, que había suplido a Álvaro Giménez, era el más listo de la clase robándole la cartera a Lenglet y transformando en gol una jugada absurda.

De nuevo el Cádiz por delante con menos minutos en el marcador pero sabiendo que la calidad de un Barça con Messi desaparecido estaba ahí. Cervera movía el banquillo con tres cambios. Alejo, Bobby y Augusto suplían a Jairo, Perea y Jonsson. El dibujo cadista acababa con Bodiger, Augusto y Álex, con Bobby en la izquierda y Alejo en la derecha.

El Barcelona acosaba pero sus ocasiones claras, pocas, eran salvadas con éxito por Conan Ledesma. El Cádiz defendía como un equipo de balonmano, todos sus jugadores en dos líneas por delante del área, dejando pocos espacios. Todo el ataque culé era por el centro, por lo que Cervera dejaba algo más libres las bandas.

Incluso el Cádiz rozaba los goles con varias contras que no acababan bien. Mientras, la paciencia defensiva del conjunto gaditano no se agotaba. Los de Koeman chocaban una y otra vez con la muralla y sino con Conan. Defender y defender, la maestría de saber guardar un resultado ante un equipo con tanta calidad y capacidad como el Barcelona.

El pitido final era el culmen de un trabajo perfecto, de una nueva lección de cerverismo, de filosofía de un entrenador que sabe sacar hasta la última gota de calidad y capacidad a sus jugadores. Partido y equipo de autor, de entrenador. Álvaro Cervera.

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