Cádiz - Athletic
La pizarra del Cádiz 0-4 Athletic
Falto de tensión competitiva y actitud desde el inicio, el cuadro vasco se deshace en media hora de un rival amarillo carente de toda la identidad que le ha hecho alcanzar el éxito de los últimos años
Berenguer anota uno de los goles del Athletic
Sin identidad
Faltos de todo. Tensión, intensidad, capacidad, fuerza, actitud, ganas. Y no hablemos de la calidad, porque aunque muchas veces gana partidos, el Athletic no necesitó tirar de calidad para meterle cuatro goles a un Cádiz triste como la ciudad en su semana de Carnaval sin coplas en las calles.
Eso puede ser lo más sangrante de todo que el rival con muy poco en media hora ha marcado tres goles y ha dejado sentenciado el partido ante un Cádiz incapaz de meter miedo en el cuerpo al eqiupo de Marcelino. Este equipo está desbordado, ha perdido sus señas de identidad con jugadores a un nivel muy bajo respecto al de la primera vuelta. Todo falla, desde un portero que no atrapa un balón hasta un extremo que no da un centro en condiciones, o un centrocampista que no cosigue dar un pase.
Lo bueno y lo más importante es que a pesar de todo lo anterior no hay querder la perspectiva. Las bajas, la complejidad del calendario y la gran primera vuelta son motivos de sobra para seguir confiando en un equipo que no ha sufrido en toda la temporada y que es capaz de lograr la permanencia. Sí, es capaz de consegurilo.
1. Espino vuelve, el mal inicio también
Alfonso 'Pacha' Espino era la gran novedad en el once de un Álvaro Cervera que salvo en ese lateral repetía el mismo equipo que salió de inicio ante la Real Sociedad. Con la recuperación del uruguayo, Cervera ponía en el campo a lo mejor que tenía hasta ese momento teniendo en cuenta las bajas de Jonsson y Álex, y la recuperación de un José Mari que ya debe volver.
El inicio de partido del Cádiz fue sencillamente horroroso, tal y como reconoció Garrido . Desbordados en todos los sentidos, el gol era cuestión de tiempo. Muniain, que volvió loca a la defensa cadista, hizo de las suyas para que Berenguer solo ante Conan pusiera el primero.
La gran diferencia de este Cádiz con el de la primera vuelta es que aunque podía perder partidos nunca lo hacía con tantas ocasiones de un rival y con oportunidades tan claras como ahora. El equipo hace aguas en su principal virtud, la solidez y la defensa.
2. Sentencia en media hora
En Sevilla el equipo de Lopetegui tenía el partido finiquitado a principios de la segunda parte. Ante la Real al descanso, frente al Celta más de lo mismo y el Athletic no quiso ser menos y a la media hora ya ganaba 0-3. Así imposible.
Cuando a tus malas sensaciones se unen el bajo rendimiento de futbolistas claves y la mala suerte, apaga y vamonos. Un disparo de Unai López se cuela por la barrera y para dentro. Otra jugada trenzada en la frontal acaba con gol de Berenguer. Y ante todo eso el Cádiz ni la olido, ni ha competido, no ha hecho absolutamente nada. Un juguete roto en manos del rival.
Con un marcador tan claro la idea del Cádiz estaba totalmente rota en el partido. Ni para arriba, ni para atrás. Nada. Los amarillos seguían desbordados frente a un Athletic que empezaba ya, antes del descanso, a contemporizar el paso de los minutos. El Cádiz por momentos parecía un equipo de inferior categoría.
3. Medio equipo fuera y minutos de la basura
La segunda parte fue un suplicio que sirvió para confirmar un gol más en contra de los amarillos, virtud del desajuste de Cala con Williams y poco más.
En ningún momento el Cádiz fue siqueira capaz de tirar de amor propio para al menos rozar el ¡uy!. Solo una ocasión de Saponjic estuvo cerca de acabar en gol y poco más.
Cervera cambió al descanso a cuatro jugadores pero si por él hubiera sido habría cambiado a todo el equipo. Los de cuatro de ariba al banquillo por Alejo, buenos minutos del extremo, Saponjic, Sobrino y Jairo.
Los dos fichajes amarillos con rendimientos contrapuestos. Quizás mejor el delantero serbio que el cedido por el Valencia que en ningún momento se encontró cómodo en el partido. La única noticia positiva fue el debut del canterano Álex Martín que suplió a Iza Carcelén.
La segunda parte fue un auténtico suplicio en el que lo único importante fue que la goleada no se convirtiera en algo escandaloso. Este Cádiz ha perdido su fe y su identidad. Está a la deriva sabiendo que el camino puede volver a encontrarlo y que además lo conoce. Toca parar, reflexionar y analizar. No hay más.
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