Cádiz CF

Lo de Alejo

Resulta totalmente inexplicable, a la par que absurdo, que algunos aficionados se dediquen a increpar y pitar a un jugador de su equipo, sin una aparente razón para hacerlo

Iván Alejo en el partido ante el Barcelona LA VOZ

Rubén López

Por segundo partido consecutivo en casa, Iván Alejo entraba en el terreno de juego desde el banquillo en una división de opiniones de la grada, mezcla de pitos y aplausos que se dejaron notar en Carranza. Los partidarios y los contrarios, algo que ha pasado en el fútbol de toda la vida y con muchos futbolistas, pero que no por ello deja de ser un tanto, o mucho, absurdo.

Como suele pasar en la sociedad que vivimos al final prevalece lo negativo sobre lo positivo , aunque lo primero lo pregone una minoría, de la que algunos presumen formar parte como si fueran diferentes al resto de los mortales. Pamplinas de la Plaza Mina, como se dice en Cádiz. Al final, lo que queda es que a Iván Alejo se le pitó nada más saltar al terreno de juego de su estadio y delante de su afición.

En pleno partido, y cuando se producía ese momento, el director de Tiempo de Juego, el programa de la radio deportiva más escuchado en España, Paco González, preguntaba a un servidor sobre el porqué de esos pitos. Reconozcó que titubeé unos segundos, primero porque no tengo tan buena memoría como quisiera y segundo porque ese nivel de memoría la guardo para cosas que importen de verdad. Las cosas de la paternidad recién estrenada.

Y qué quieren que les diga, una vez recordé la explicación para Paco me percaté que la chorrada era de una magnitud solo comporable al absurdez de pitar a un a un jugador de tu equipo . Sobre todo porque entiendo que los que pitan a Alejo lo hacen desde la persona cuya moral y ética son intachables y no se equivocan en la vida. Aquellos que presumen de una perfección única en la que el error no va con ellos. Los guardianes de la moral que no saben que los futbolistas, por más que cobren mucho dinero, son ante todo personas. Sí, personas, seres humanos que sienten y paden como tú y como yo. Y lo que le están haciendo a Iván Alejo no tiene nombre .

¿Se ha equivocado por escribir dos cosas en redes sociales? Pues muy bien, yo también me equivoco a diario. ¿Lo hizo con mala intención? No, rotundamente no, y no lo dice alguien que se vaya de cañas con el vallisoletano, lo dice uno que está muy cansado de que no se permita el fallo, el error o que ni siquiera se sienta empatía por lo demás.

Porque a Alejo ya no son pitos, es algo más . El jugador ha tenido que desaparecer de las redes sociales, esas que son más implacables que el Tribunal Supremo. Las que no dejan títere con cabeza y las que están acosando a un jugador que salió llorando del Sánchez Pizjuán por cometer un penalti. Porque sí, los futbolistas también se equivocan.

Y cuando Alejo marque un gol o dé una asistencia, ¿ya será un héroe? Esa es la hipocresía del fútbol y de la vida en general. Pasar de héroes a villanos y viceversa, y todo por errores y aciertos. Dios me libre de juzgar a nadie por su fallos y lo contrario.

Con todo esto, no le estoy diciendo al aficionado lo que tiene que hacer. Critico que piten e incluso se acose psicológicamente a una persona, nada más. Que cada uno entienda y haga lo que quiera, pero si nos centramos en lo deportivo, nadie me puede dejar de reconocer que silbar y criticar a un jugador de tu equipo que sale al terreno de juego para ayudar en la búsqueda de una victoria es de idiota . Se pita a Iván Alejo, jugador del Cádiz que sale al césped, y se despide con vítores a Joaquín y Silva, futbolistas que lo más cerca que han estado del amarillo han sido cuando han venido a jugar a Carranza. ¿Alguién me lo puede explicar?

Para terminar, no se trata de no criticar cuando las cosas se hacen mal, ni mucho menos. Yo soy el primero que está expuesto a eso, pero que esas críticas se hagan con sentido común porque detrás de la fachada de periodista, en mi caso, o de futbolista, el de Iván Alejo, hay una persona. Y en el caso del segundo la situación está cogiendo unos derroteros bastante preocupantes.

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