Alavés - Cádiz

La pizarra del Alavés 1-1 Cádiz

Con una dificultad enorme para hacer daño en ataque, los amarillos se encomiendan a la paciencia y a encontrar un fallo en el rival para arañar un punto vital en la lucha por la permanencia

Álvaro Cervera saluda a un integrante del banquillo del Alavés LA VOZ

Rubén López

Paciencia y 'cerverismo'

Con paciencia todo se puede. Cuando no tienes armas ni capacidad para hacer daño al oponente, solo te queda armarte con una gran dosis de 'tranquilidad' para encontrar ese resquicio en forma de fallo del rival para poder lograr algún botín.

Un Cádiz que estuvo nulo en ataque, que no fue capaz de tirar a puerta y probar al portero Pacheco se llevó un punto de Mendizorroza marcando incluso un gol. ¿Cómo? Estando siempre dentro del partido, no salirle del guión, seguir defiendo como hace este equipo y buscar ese gol en calquier fallo del oponente. El 'cerverismo' sigue dando frutos.

Queda claro que cada vez que un rival se ponga por delante en el marcador, al Cádiz le cuesta un mundo poder asomarse en el área rival para intentar cuanto menos el empate. Este equipo defiende muy bien y era capaz de marcar en Segunda. En la máxima categoría el nivel de defensa sigue siendo bastante alto, mérito de Cervera , pero el nivel ofensivo es muy bajo, salvo por la calidad de Negredo , Álex o Perea y el trabajo de jugadores como Rubén Sobrino o Salvi.

El caso es que a estas alturas de campeonato ya da exactamente igual cómo sumar puntos, lo importante es sumarlos de la manera que sea. No fue superior el Cádiz al Alavés pero tampoco el equipo de Abelardo sometió al amarillo y eso que estuvo mucho tiempo por delante en el marcador. Los partidos se deciden en pequeños detalles en los que los de Cervera deben estar atentos para conseguir el objetivo. Hay que sumar, y si es como se logró en Vitoria pues bienvenido sea. Ya habrá tiempo, ojalá en Primera, para mejorar y pedir más cosas al equipo. Cosa que reconoce el propio entrenador del Cádiz.

1. Primero Fali y luego Salvi de lateral

Finalmente Álvaro Cervera se decantaba por Fali para suplir la importante baja de Iza en el lateral derecho. La aportación ofensiva del central era de vital importancia ante la velocidad de jugadores como Luis Rioja o el propio Joselu en el Alavés. Salvi se quedaba en el banquillo y el Cádiz salía con Álex y Perea.

Sin embargo, las cosas del fútbol, en cinco minutos todo se fue al traste. Marcos Mauro se lesionaba, otra dolencia más del argentino, y Cervera tenía que volver a modificar el once. Salvi entraba para jugar de lateral, gran trabajo del sanluqueño en una posición muy complicada, y Fali volvía al centro de la zaga.

Más allá de ese contratiempo, el Cádiz salía bien plantado, como casi siempre, ante un Alavés que tenía la pelota pero no sabía qué hacer con ella. Los minutos pasaban con un equipo amarillo ordenado con Álex en la media punta, mientras que Rubén Sobrino se quedaba en la banda derecha. El Cádiz no sufría pero apenas asomaba por el área de Pacheco.

2. Un fallo hace estallar la bomba

Un partido en el que no pasa nada es raro en Primera División. Algo tiene que suceder. Un fallo, un invento arbitral, una acción sin peligro que se convierte en gol. Algo pasa seguro. Y así fue. El partido transcurría con total normalidad sin que el Cádiz pasara apuros esperando la impaciencia de un Alavés más necesitado.

Un balón peligroso lo toca Salvi con la mano y penalti. Un fallo cadista hace estallar la bomba y todo al traste. Volver a empezar, como el título de la película de Garci. El Cádiz debía exponer más y sobreponerse al gol local para intentar buscar el empate. El descanso llegaba como un bálsamo para recomponer ideas antes de una segunda parte en la que quedó claro que este Cádiz puede sumar puntos si defiende hasta el límite porque atacar, lo que se dice atacar, le cuesta una auténtica barbaridad.

Los primeros minutos de la segunda mitad eran un quiero y no puedo. Aunque el Cádiz salía con nuevos bríos no conseguía llegar al área de Pacheco. Solo un par de llegadas por banda era el poder amarillo en ataque. Cervera hacía un cambio táctico poniendo a Álex de lateral derecho y a Salvi más adelantado. El técnico buscaba salida de balón desde atrás y la velocidad del sanluqueño en su posición.

3. Recompensa a no perder los nervios

El Cádiz no se salía de guión. En otros partidos le ha condenado precisamente el perder los nervios y el cambiar todo el sistema para buscar la remontada. Cambiar le ha hecho encagar goles a mansalva y estar fuera de los partidos antes de tiempo.

Frente al Alavés el guión era el mismo y eso le permitía estar dentro del partido hasta el final. Encontró la recompensa gracias al la paciencia infinita de un equipo que, aunque no tenga capacidad arriba, si puede llevar al límite un encuentro gracias a su poderío defensivo. Si estás dentro del partido puedes empatar aunque ni siquiera tires entre los tres palos. El gol de Álex de penalti permitía respirar al equipo amarillo y sumar un punto de gran valor.

Antes, Cervera hacía cambios prácticamente en la recta final del partido. Sobrino y Negredo eran relevados por Malbasic y Saponjic, quedando demostrado un partido más la enforme direncia de nivel entre los que estaban en el campo y los que salen del banquillo, caso de los dos arietes balcánicos.

Garrido y Jairo eran los últimos cambios por José Mari, tocado, y Perea. El Cádiz acababa el partido con Jonsson y Garrido en el centro del campo y Jairo y Salvi en las bandas. Últimos minutos de un equipo que se fue a por el partido en la superioridad númerica y que incluso pudo ganar. Podríamos estar lamentándonos de la ocasión de Malbasic pero viendo como fue el partido podemos decir que el empate sabe a gloria, en un equipo que hace del 'cerverismo' su manera imprescindible para conseguir la permanencia. Que así sea.

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