Opinión
Tres puntos de oro
'A veces ocurre que sin acumular excesivos méritos y sin mostrar una explícita superioridad sobre el rival, un conjunto se alce con el triunfo'
Queda fuera de toda duda que el feliz auxilio de la fortuna, con su estallido imprevisible, su deslizar escurridizo, su proceder aleatorio, constituye elemento fundamental para el éxito final de cualquier propósito. Y el fútbol, configurada su dinámica en minuciosa multiplicidad de azares, adquiere rango de paradigma en este extremo. No basta con el poderío de la fuerza y de la técnica, también la suerte , esa hada tan esquiva y deseada, ha de mostrar su carácter benévolo para que un equipo consiga la victoria.
De nada servirían el buen hacer, el dominio y las ocasiones si finalmente los vericuetos del albur esparcen negro designio en los momentos decisivos de un encuentro. Del mismo modo, a veces ocurre que sin acumular excesivos méritos y sin mostrar una explícita superioridad sobre el rival, un conjunto se alce con el triunfo.
Esto le pasó felizmente al Cádiz el pasado sábado en Getafe , pues cuando más sometido parecía y más costaba arribar al área contraria apareció la súbita iluminación en forma de gol en propia puerta. Circunstancia que desquició en precipitaciones a los locales y otorgó renovada confianza a unos jugadores amarillos que, con solvencia y aplomo, supieron guardar el valioso resultado.
Tres puntos de oro que catapultan a la mediana placidez de la tabla y permiten acariciar la preciada meta de la permanencia. Pero mal haríamos si cantáramos victoria prematura, pues el fútbol da muchas vueltas y con frecuencia se muestra insondable y hasta traicionero en sus fatídicos giros. Por experiencia sabemos que cuanto antes se amarre el objetivo, tanto mejor, pues la historia no muy lejanas del cadismo cuenta con funestos episodios en este sentido, en cuya cita y recuerdo más nos vale no abundar.
El inminente duelo frente al Celta supone una óptima oportunidad para dejar finiquitado el ejercicio y abrochar con éxito una excelente temporada. Y de esta forma, evadido el equipo de la perentoriedad de los puntos, el siguiente encuentro ante el Real Madrid en Carranza se convertiría en una fiesta de sosiego, atrevimiento y disfrute para jugadores y afición.