Pan y circo
Resurreción
'Puntos redentores que permiten emerger de las angosturas de la tabla'
![Pepe Reyes: Resurreción](https://s3.abcstatics.com/media/canal-amarillo/2023/04/11/v/1464167696-kXKD--1248x698@abc.jpg)
Bajo la inmisericordia canicular del ardiente mediodía, el húmedo césped, ebrio de clorofila, rasgaba con verdes aromas la pobladísima grada sevillana. Sabor a pálpito expectante, a tensión, a espera, a incertidumbre.
Se acumulaban varios partidos sin ganar y las urgencias clasificatorias apretaban al unánime corazón cadista, cuya arteria más incondicional dibujaba una comprimida cúspide amarilla en las altas barandas del estadio. Y tras varias jornadas de pasión, desasosiegos y adversidades, llegó al fin el domingo alegre, luminoso, de la resurrección. El Cádiz revivía en esa tarde radiante, azul, de primavera recién estrenada, sobre el escenario más insospechado e infranqueable hasta ese momento: la fortaleza verdiblanca del Benito Villamarín .
No siempre la fortuna nos iba a resultar esquiva ni siempre los errores arbitrales nos iban a tomar como víctima propiciatoria. Por una vez, una discutible decisión del colegiado, que habría de marcar el devenir del encuentro, cayó de nuestro lado. Y sólo por una vez, pues más adelante volvería a perjudicarnos con la no señalización de un claro penalti sobre Sobrino y la injustificada omisión de dos clamorosas expulsiones de jugadores locales. Pero lo que realmente importa es la victoria conseguida, los puntos redentores que permiten emerger de las angosturas de la tabla y el soplo de tranquilidad que infunden en la plantilla. Por juego, convicción y méritos contraídos en encuentros precedentes, ya deberíamos ocupar una plaza mucho más holgada, pero parece que el fútbol quiso esperar a este significativo domingo para concedernos lo que nos debía. Restan diez citas para la conclusión, trascendentales duelos en los que se habrá de dirimir el éxito o el fracaso de la temporada. A ellas arribamos con el mesurado optimismo de las buenas sensaciones que transmite el equipo, que nunca pierde el orden sobre el campo y no se arruga ante ningún contrario. Que incluso planteó un enfrentamiento abierto, valiente, ante un rival con la calidad del Betis.
Finalizado el partido y casi desalojada la grada, un cansado sol de poniente regalaba su oro viejo a la alegría amarilla que aún palpitaba en las altas barandas del estadio.