Pan y circo

Otro cartucho quemado

'Un halo amargo de pesimismo y frustración se ha instalado en el ánimo cadista'

Akapo desborda por su banda.
Pepe Reyes

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El futuro se angosta y las penumbras del descenso acechan. Las puertas que el calendario brindaba para salir de este agrio túnel clasificatorio se suceden y se van cerrando a medida que las jornadas transcurren y la redentora victoria no llega. Otro cartucho quemado sin atinar en el tiro, mientras el arsenal de balas disponibles empieza a menguar de manera alarmante y angustiosa.

El atraco arbitral de Mallorca, el infortunio frente al Getafe y la impotencia ahora ante el Granada han venido a desbaratar la nube de ilusiones que la afición tenía depositada para poder levantar el vuelo en estos enfrentamientos cruciales.

Un halo amargo de pesimismo y frustración se ha instalado en el ánimo cadista tras la clamorosa oprtunidad perdida de enderezar el rumbo en el partido de Los Cármenes. Denso, hierático encuentro , de excesivo rigor táctico y escasa inspiración futbolística, en el que fuimos incapaces de aprovechar sesenta minutos de superioridad numérica. Incluso dio la impresión que el equipo mostró más fluidez, mejor posicionamiento y mayor capacidad de llegada al área rival durante el tiempo en que las fuerzas numéricas se mantuvieron equilibradas.

Con el contrario atrincherado atrás y concentrado en exclusivas labores defensivas , al Cádiz se la advirtió espeso, lento y previsible, con evidentes problemas para generar ocasiones de peligro y sin que nadie se atreviera a intentar el aclaramiento de la espesura con un regate liberador, con una pared en profundidad, con un pase medido a la espalda de la defensa. Todo acercamiento se reducía a saques de córners que nunca rematamos o centros desde las bandas que siempre despejaban los defensas. Así pasaban, volaban los minutos y, para desolación de la hinchada amarilla, la redentora victoria se volvía a escapar.

Y aunque la luz al final del túnel se observa cada vez más pequeña, más lejana y más difícil de asir, lo verdaderamente positivo es que sigue existiendo luz. Dos triunfos consecutivos y todo se aclarará. Ahí tenemos el ejemplo del Levante, que de desahuciado ha pasado a incrustarse en la pelea. Seguro que lo podemos conseguir.

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