Pan y circo
Magnos errores
'Conceder dos goles de manera infantil y gratuita es tirar lastimosamente por tierra todo el buen trabajo desarrollado'
La merecida victoria frente al Mallorca y los sobresalientes primeros treinta minutos de Bilbao no han tenido su deseado reflejo clasificatorio, pues los rivales directos no otorgan tregua y casi todos suman de manera sorpresiva y galopante. En poco menos de seis días, Celta y Valladolid, por ejemplo, han pasado de los 17 a los 23 puntos, lo que deja en evidencia que esta temporada nadie va a regalar nada y que va a ser necesario sumar un notable contingente de puntos para alcanzar la salvación. Por lo que resulta obligado prescindir de esos tan magnos errores defensivos que nos llevaron a la derrota en San Mamés.
Porque conceder dos goles de manera infantil y gratuita cuando mandábamos en el juego y teníamos al rival controlado y aturdido, es tirar lastimosamente por tierra todo el buen trabajo desarrollado. Lo ocurrido después en la segunda parte resultó harto decepcionante. No fuimos capaces de sacar provecho a la superioridad numérica que durante tantos minutos gozamos ni en ningún momento se llevó a efecto lo que los más elementales cánones futbolísticos aconsejan para estos casos: abrir en banda a los extremos, ensanchar el campo y obligar así a la defensa contraria a oscilar de costado a costado para generar huecos en su interior. Nada de eso hicimos, más bien todo lo contrario. Colocamos a cuatro delanteros a esperar balones de cara, con lo que nosotros mismos generamos un infranqueable embudo en la frontal del área que imposibilitaba crear ocasiones de peligro, al tiempo que facilitábamos la labor defensiva del contrario.
El juego se volvió tan obtuso, descoordinado y previsible que hasta permitimos la contra que sentenciaba el partido. Con Ocampos y Bongonda agotados, las soluciones ofensivas que ofrecía el banquillo se reducían, salvo Alejo, a rematadores de vanguardia. Saltaron al terreno de juego casi en tropel y se originó un embrollo considerable. Ha sido muy celebrada por la afición la reciente incorporación masiva de delanteros. Queda por comprobar si este aumento cuantitativo de elementos viene acompañado del pretendido salto de calidad. Y con unas bandas sin recambios.
