Pan y circo
Júbilo
'El cómputo de puntos necesarios para alcanzar la salvación se antoja más elevado'
Entre vítores, felicitaciones, cánticos y sonrisas marchaba en alegre tropel la afición en su gozosa salida del viejo Carranza. Gélido mediodía con seco viento del norte que trocó en calideces de pasión y de entusiasmo con la victoria preclara, rotunda, desahogada, de un Cádiz que pareció inspirado con soleadas musas matinales e invernales.
Hacía tiempo que no ocurría y, por desgracia, ocurre en muy pocas ocasiones, por lo que el júbilo contenido que se derramó sobre la tarde gaditana quedaba más que justificado. Unánime regocijo que fue menguando a medida que se conocían los resultados de Zorrilla y Balaídos, donde las sucesivas victorias locales condenaban al cuadro amarillo a ubicarse en zona de descenso tras esta última jornada de la primera vuelta.
Con un Elche hundido y descolgado, el cómputo de puntos necesarios para alcanzar la salvación se antoja más elevado esta temporada que en otras precedentes. En contrapartida, el número de equipos implicados en la zona caliente es mucho mayor y la diferencia entre ellos se advierte mínima, circunstancia que beneficia al grueso contingente de implicados pero que obliga a no bajar la guardia, pues un par de malos resultados abocarían directamente a lo ínfimo de la clasificación. El segundo tramo de campaña, que este viernes inauguraremos en Bilbao, habrá de quedar marcada por la regularidad, en la que muy bueno sería que se encadenasen varios marcadores positivos para tomar por primera vez un poco de aire, mirar la tabla desde una perspectiva que no sea la de la amenaza permanente de la quema y afrontar el fin de temporada con cierta, relativa tranquilidad.
Aunque ya se sabe, y hasta se asume, que el alma cadista está abocada al sufrimiento, y mucho nos tememos que nos esperan episodios tensos, taquicárdicos, dramáticos, jornadas de desasosiego y frustración. Apuntalemos la plantilla, recuperemos elementos, porque todos serán necesarios en esta lucha sin cuartel que nos espera. El ritmo marcado en este reciente duelo frente al Mallorca constituye el camino a seguir: desparpajo, convicción y ánimo para morir en cada disputa e ir siempre hacia arriba.