Pan y circo

Un éxito elogiable

'El universo cadista goza en la felicidad y el relajo que le concede esta tercera permanencia consecutiva'

Bongonda, en el partido ante el elche.

Pepe Reyes

Superado ya el emotivo cúmulo de sobresaltos finales, el universo cadista goza en la felicidad y el relajo que le concede esta tercera permanencia consecutiva en la máxima categoría del fútbol español. Un logro absolutamente merecido, pues muchas fueron las piedras sorteadas por el camino y de las que el equipo se repuso con denodado esfuerzo y completa convicción en sus posibilidades. Múltiples lesiones, decisivos goles encajados en los minutos de prolongación, penaltis señalados en contra, con tan estricto rigor reglamentario, que socavaban el ánimo y hasta fomentaban dudas sobre la pregonizada imparcialidad arbitral. Pero la fuerza y cohesión que poseía el conjunto, magistralmente liderados por su entrenador, permitieron que todo se superara. Como también se pudo rehacer del catastrófico inicio de temporada, en la que se batieron todos los récords negativos hasta entonces conocidos en la historia de la liga: cinco derrotas consecutivas y ningún gol a favor. Empezar así una campaña, a parte de conceder una ventaja descomunal y gratuita a sus directos competidores, aboca casi de manera directa al mayor de los fracasos.

Por eso es tan elogiable el esfuerzo realizado y tan gratificante el éxito conseguido. Un logro madurado a lo largo de la competición, que alcanzó su punto álgido y decisivo en su fase final con esas tres victorias consecutivas en casa ante Valencia, Valladolid y Celta, en las que se sumaron puntos trascendentes y en las que el infranqueable binomio, equipo-afición, alcanzó cotas sublimes de fuerza, de empuje y de pasión. Sin llegar a los inhumanos límites vividos en la última jornada de la temporada anterior en Vitoria, también en ésta se sufrió y hasta hubo minutos de la segunda parte en que el escalofrío de la tragedia rondó amenazante por los corazones amarillos. Vamos a por la cuarta campaña seguida en primera y, aunque siempre con los pies en el suelo, quién sabe si estemos contemplando el inicio de una nueva era de asentamiento y alegrías en el más alto fútbol de élite. Si otros equipos con menos tradición y seguidores lo han logrado, porqué no lo vamos a conseguir

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