CÁDIZ CF
El cazador cazado
Esta plantilla mucho tiene que mejorar si se pretende competir con dignidad entre la élite
Como si de una programada novatada se tratase, el Cádiz CF pagó muy caro su flagrante bisoñez en el partido con el que inauguraba temporada y categoría. Dos errores infantiles, dos fallos inesperados bastaron para que los primeros puntos volaran de Carranza, sin necesidad, incluso, de sentirse atosigado ni abiertamente superado por su rival. Pues el encuentro frente a Osasuna transcurrió como mandan los acostumbrados cánones del más genuino cerverismo, pero en lugar de ser nosotros los que aprovecháramos un despiste del contrario para sorprenderlo, vinimos a asumir el inesprado papel de sorprendidos , del que le roban el balón en zona de medios para, en dos toques, encarar la portería y del que concede un gol pavorosamente ingenuo en saque de banda. El cazador cazado.
El orden, el trabajo, el esfuerzo de 90 minutos reducidos a la nada por las funestas consecuencias de dos pifias monumentales . Decepcionante pero aleccionador retorno a Primera División, en la que nadie va a regalar nada y donde las dudas y las imprecisiones no pueden tener cabida, pues siempre nos toparemos con fabulosos futbolistas al acecho de esa circunstancia. Bien es cierto que en esta primera cita nos enfrentamos a un equipo sobrio, sólido y eficaz, poco dado a las alegrías ofensivas, como es el navarro, y que tal vez constituya el tipo de rival más incómodo para los amarillos. Como también se ha de reconocer que no pudieron competir jugadores importantes como Álex o Perea y que otros aún se hallan en proceso de recuperación. Pero esto no puede nublar la evidencia de las clamorosas carencias cualitativas de una plantilla que mucho ha de mejorar si se pretende competir con dignidad entre la élite .
Todas las líneas necesitan refuerzos , algunas de manera urgente, como el centro del campo, aunque bien se haría en buscar perfiles de jugadores compatibles y amoldables a las exigencias del míster, que sean piezas encajables en un sistema que parece inamovible. No se piden experimentos, no esperamos florituras, tan sólo que el estilo de fútbol que elijamos lo podamos desarrollar con eficacia.
