Cádiz CF

Concepto coral

En este Cádiz CF de Álvaro Cervera todas las cualidades individuales deben ponerse al servicio del conjunto

En este Cádiz CF van todos a una. A. VÁZQUEZ
Pepe Reyes

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Desde la gloriosa tarde del pasado 17 de octubre, el Cádiz CF forma parte del escogido capítulo de equipos célebres de ámbito universal, pues del pseudo anonimato en el que se ha desenvuelto durante los más de cien años de su trayectoria, ha pasado a ser conocido por la totalidad del orbe futbolístico. Para lo que sólo han bastado 90 minutos en los que, ante la estupefacción y asombro de telespectadores de los cinco continentes, superaba, desquiciaba y vencía al multilaureado, multimillonario y célebre Real Madrid. Para grandeza y miseria de este deporte, se volvía a confirmar el carácter igualitario que impone el juego colectivo, lo siempre imprevisible de un resultado y el poder superador del sacrificio y el esfuerzo.

Histórica hazaña que ha colmado de alegría al cadismo y que ha venido a confirmar lo que muchos intuíamos, que por su específica manera de concebir el juego, Álvaro Cervera era el entrenador apropiado para extraer de la plantilla el máximo rendimiento en su andadura por la Primera División. Al margen de la premisa máxima sobre lo irrenunciable de la lucha, el equipo parece haber asumido y asimilado el concepto coral del juego , en el que queda absolutamente suprimido cualquier alarde o aventura de lucimiento personal y en el que todas las cualidades individuales deben ponerse al servicio del conjunto.

Hubiera constituido toda una osadía, al borde de lo suicida, afrontar la competición en la máxima categoría con la alegre intención de superar a los rivales a base de toque y calidad. Resultaría tan bonito para el espectáculo como desastroso para nuestros intereses, que no son otros que la obtención de buenos resultados. Tres partidos ganados a domicilio sin encajar un gol dictaminan con claridad que hemos encontrado el camino propicio para plantear recia lid a grandes adversarios y demuestran que el fútbol de repliegue, orden y salida sencilla y rápida al contragolpe sigue constituyendo una receta válida para obtener la victoria. Tanto o más que el sobrevalorado y tan de moda fútbol de toque , cuyos cantos de sirena debemos eludir.

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