Pan y circo
Alea jacta est
'No deja de sorprender la cantidad de futbolistas que han rechazado la opción de recalar en el Cádiz'
Clausurado por fin el agónico frenesí del trepidante mercado de invierno, la plantilla queda expedita, cerrada, abocada a confiar en los elementos que la componen para lo que resta de temporada. Ardua es la empresa a la que se encomienda, pues el irrenunciable objetivo de la permanencia se advierte harto laborioso y sumamente complicado.
Bien es sabido que con esta ingrata ventana invernal sólo cabe aspirar al remiendo de las plantillas, esas que no quedaron configuradas como las circunstancias exigían cuando debió realizarse, allá por las calendas estivales. Y bien es conocido también que, salvo contadas excepciones, la oferta de jugadores suele reducirse a retales sobrantes de otros equipos, en los que han disfrutado de pocos minutos de juego y por los que se exige un precio tan elevado como el grado de necesidad del conjunto receptor.
Reconocida esta dificultad , no deja de sorprender la cantidad de futbolistas que han rechazado la opción de recalar en el Cádiz, prueba inequívoca de que la imagen que proyectamos es la de un club que exige un denodado y a veces desagradecido esfuerzo deportivo y cuyos horizontes inmediatos se advierten angostos y limitados.
Así las cosas, no se puede decir que el elenco de fichajes realizado, en calidad de refuerzo del plantel, haya despertado una ilusión inusitada en la afición. Más bien parece el resultado de un mero intercambio de determinados elementos ya usados y, en cierto modo, gastados, por otros cuyo rendimiento constituye una verdadera incógnita. Ante la marcha de Marcos Mauro y la perturbadora lesión de Fali, se ha traído un central trotamundos como Luis Hernández. En el centro del campo, en lugar de buscar pausa y calidad, se ha preferido el perfil de sendos todoterrenos que, no lo olvidemos, vienen de calentar banquillo en un equipo de segunda. Tan llamativo como la incorporación de Lucas Pérez, del que sorprendentemente se ha desprendido el Elche, al que no le ha importado reforzar así a un rival directo por la permanencia. Alea jacta est, la suerte ya está echada con lo que tenemos hasta el fin de temporada.