CÁDIZ CF
Nuevos bríos
Después de la buena imagen en Albacete, el Cádiz CF se someterá a la dura prueba que supone jugar frente a los amarillos madrileños de Alcorcón
Con la reconfortable sensación de una imagen mejorada en el último partido disputado, la afición cadista se dispone a afrontar el difícil partido frente al Alcorcón con renovado ánimo e incipientes dosis de esperanza. Sin constituir ningún dechado de exquisiteces, el duelo de Albacete sirvió para advertir un Cádiz CF muy mejorado respecto a actuaciones precedentes, que supo controlar el ritmo de juego en todo momento y al que se le vio imbuido de una dinámica, de un espíritu diferente, como repentinamente convencido en sus propias posibilidades.
El rival, conocedor como todos de los puntos débiles y fuertes de los gaditanos, planteó el choque justo en las antípodas de como a éstos les interesa: les cedió el balón, concedió terreno y se atrincheró atrás. Táctica que se vería confirmada y aumentada cuando Zozulia adelantaba a los locales en el único acercamiento serio de que gozaron por las inmediaciones de Cifuentes. Pero a pesar del mazazo que supuso el gol encajado, los visitantes nunca perdieron la fe, se aferraron novedosamente a la precisión de su juego combinativo, asedieron al contrario y, fruto de su insistencia, fueron recompensados con el empate cuando ya lamía el segundero la conclusión del desenlace. Postrero premio que paliaba, en parte, la tremenda desazón de ver cómo se escapaba un partido en el que mostraron una neta superioridad a su oponente.
Con todo, volvió a ponerse de manifiesto la espinosa lacra de la falta de acierto ante la puerta rival , para cuyo remedio se cuenta en plantilla con una tétrada de delanteros, de los que sólo Dani Romera parece tener últimamente el gatillo engrasado.
Nuevos bríos y distinta forma de plantear el fútbol que van a someterse a la dura prueba que supone jugar frente a los amarillos madrileños de Alcorcón. Equipo éste de máxima solidez en sus líneas, muy disciplinado en defensa y, en extremo, complicado de batir. Pero lo visto en tierras manchegas conduce al optimismo y marca el camino a seguir, en cuyo largo transitar, tanto margen existe aún para la mejora y las alegrías.