Cádiz CF
Motivos para la esperanza
El progresivo optimismo que se palpa en las huestes amarillas está más que justificado
La importante victoria conseguida el pasado sábado frente al Albacete ha vuelto a encender de fundadas ilusiones al cadismo. Triunfo acariciado por las manos unánimes del Carranza, con sabor a carnaval, con olor a fiesta, con color de incipiente primavera y bajo el ritmo genuino del bombo y del platillo.
Cinco sentidos de una afición, depositados por entero en la renacida esperanza de las aspiraciones de su equipo. Que, una vez asegurada la permanencia en la categoría, empeñará todo su esfuerzo, durante estos decisivos meses que aún restan de competición, en la consecución de la gloria superlativa.
Asentado en el rigor, en un trabajo defensivo raras veces abandonado, el Cádiz CF ofrece una consolidada imagen de orden y organización, que es su mayor aval, su máxima garantía de conjunto con aspiraciones. Pese a lo cual, ya se erige en el equipo más realizador del grupo , lo que demuestra un potencial caudal ofensivo aún por fructificar. Si a ello se le añade la demostrada calidad individual de muchos de los elementos que componen su plantilla, el progresivo optimismo que se palpa en las huestes amarillas está más que justificado.
Al menos, queda la absoluta constancia de se cuenta con un equipo compensado y capacitado para pelear por el ascenso, codo con codo y en igualdad de fuerzas, ante otras grandes escuadras que comandan este año la división de plata. No se trata de echar las campanas al vuelo ni de empecinarse sin fundamento en quiméricas pretensiones, sino de agarrarse con sosiego al capítulo de la ilusión, ahora que existen motivos para ello.
A estas alturas de liga, el hecho de sumar cuatro victorias consecutivas debe ser valorado en su justa medida, dado el alto grado de dificultad que tan notable logro supone. Sucesión de triunfos que catapultan a los peldaños elevados de la tabla y que confirman el aleatorio vaivén a que estos puestos de privilegio van a estar sujetos hasta el final de temporada. Nueve o diez equipos parecen ser los llamados pero sólamente tres se convertirán, al fin, en los elegidos